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Crítica:LA LIDIA / LA MONUMENTAL
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un 'presi' con 'seny'

Salió un jabonero precioso, de nombre Emisario, y el público hizo "¡oooh!"; Perera lo recibió con una delicada verónica y el público hizo "¡olé"! Suavemente lo llevó hasta el caballo, donde peleó con fe, y salió de él buscando más pelea. Perera lo cuidó de más castigo para llevarlo en condiciones a la muleta, donde puso gusto, pero Emisario se fue quedando sin fuerzas y cada vez le costaba más ligar la faena. Lo mejor fue la estocada, que dejó fulminado al toro. En el último de la tarde, Escribiente, peleó bien en caballos y en la muleta resultó un bombón, por la derecha y por la izquierda. Perera lo aprovechó con derechazos profundos y redondos largos y pausados que arrancaron los aplausos unánimes del público de verdad, que le pidió la oreja.

TORREHANDILLA / EL CID, EL FUNDI, PERERA

Los cinco primeros de Torrehandilla, que llegaron sin fuerza a la muleta, todos mansurrones. El sexto, de Torreherberos, salió más bravo.

El Cid: estocada y aplausos; estocada y aplausos.

El Fundi: media tendida, descabello y aplausos; media tendida, oreja.

Miguel Ángel Perera: gran estocada, oreja; aviso, estocada tendida y oreja.

La Monumental de Barcelona. Unas 6.000 personas.

Lo de El Cid -su cuadrilla- es otra película. Tanto el primero de la tarde, Chimoso, como el cuarto, Ruidoso, entraron a los caballos sin que el matador se hiciera con el toro. Para más escarnio, en el primero se les escapó del capote y se fue directo a por los caballos que estaban saliendo del callejón. La lidia fue un esperpento, en el primero El Cid era atropellado por el toro, que le ganaba el sitio. Realizó un par de molinetes efectistas y pasó a matar mal, pero resultón. Tuvo el feo detalle de dejarle al toro moribundo la muleta en el lomo. Más caposo aún cuando, segundos antes, había salido corriendo despavorido. Con Ruidoso, más de lo mismo.

Todo lo contrario que El Fundi, que toreó con arte y mimo a los dos. A su primero, Vanagloria, lo recibió en tablas de rodillas, y en una tanda lo resumió todo: una gaonera, dos verónicas, una chicuelina y media verónica, todo ello de mérito y en su tiempo. Banderilleó muy bien a los dos toros, pero solo con su segundo logró tandas de calidad. Fue premiado con una oreja de ley, que ayer costaban caras gracias a un presidente con seny .

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