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La cúpula de Cooperación oculta sus sueldos tras recortar el 55% de las ayudas

Las ONG escenifican ante el Parlament la muerte del sistema de solidaridad

"¿Desmiente que haya subido el sueldo a la cúpula de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo?". Hasta cuatro veces la diputada Dolors Camats, de Iniciativa, realizó ayer esta pregunta en el Parlament a Carles Llorens, director del ente que gestiona la aportación humanitaria catalana. Solo tras mucha insistencia, Llorens esbozó una respuesta: "No sé qué cobro", se excusó para explicarse ante las acusaciones de los trabajadores de la agencia, que aseguran que la dirección se ha subido el sueldo. Llorens acudió ayer a la comisión de Cooperación y Solidaridad con las ONG en contra tras conocerse el tijeretazo del 55% que la Generalitat aplicará al presupuesto de la agencia. En plena polémica, y con la Federación de ONG anunciando la ruptura de relaciones con la Generalitat, la cúpula de Cooperación evita revelar sus sueldos. La nómina de Llorens es la única conocida, puesto que como director general cobra igual que el resto: son 80.589,54 euros, según los datos de la Generalitat.

Llorens ocultó el sueldo del resto de su cúpula, formada por cuatro responsables de área, renovados con la llegada de Convergència i Unió al poder. Su categoría profesional y su retribución, son una incógnita: su nombramiento no se encuentra en el Diari Oficial de la Generalitat porque las normas que rigen las agencias no obligan a ello. Llorens evitó detallar las nóminas pese a la insistencia de los diputados y de tratarse de sueldos públicos. Tampoco fuentes de la agencia lo hicieron a petición de este diario. En su comparecencia parlamentaria, Llorens no desmintió la subida de sueldos a sus colaboradores próximos: "Tengo un margen legal para fichar personas. Dentro de ese marco legal permitido firmamos los acuerdos", deslizó Llorens, y desafió a la diputada Camats: "Estoy seguro de que usted encontrará cosas alucinantes".

A preguntas de los periodistas, Llorens concretó más: se escudó en que la partida para los sueldos de la cúpula se ha reducido el 24%. Él mismo ofreció la explicación: su cargo, en la anterior legislatura, estaba partido en dos, y con la unificación se ha ahorrado un sueldo. Llorens justificó por ese motivo un aumento de nómina, que no concretó con cifras: "Quizá hablan de subidas de sueldo por mi secretaria, a la que hemos cambiado la jornada laboral al tener más trabajo".

El secretismo alrededor de los sueldos de la cúpula de Cooperación coincide con el drástico recorte que el Gobierno aplicará en estas partidas: el 55% respecto al presupuesto del año pasado. Llorens maquilló la cifra hasta el 42%, un cálculo que sale si se compara con el dinero realmente gastado. El duro tijeretazo ha soliviantado a las ONG y al propio personal de la agencia, que teme que la Generalitat esté preparando un expediente de regulación de empleo (Llorens tampoco lo desmintió) para echar a 30 trabajadores, la mitad de la plantilla. La Confederación Catalana de ONG, como medida de protesta, ha abandonado el Consejo de Cooperación de la Generalitat y pone tres condiciones para volver: más voluntad de consenso; un cambio en el Presupuesto, y facilidades para la interlocución con el sector.

Un centenar de activistas se concentró frente a la Cámara para protestar contra los recortes en cooperación. Certificaron la muerte del sistema de solidaridad catalán con una representación en la que un zancudo, identificado como Gobierno y caracterizado como la figura clásica de la muerte, atacaba a los integrantes de las ONG. La actuación acabó con el simbólico entierro de la cooperación pública catalana.Mientras las ONG enterraban la cooperación, Carles Llorens recomendaba a estas asociaciones que buscaran sus recursos más allá de las instituciones. "Desde los sectores públicos se han propiciado unas ONG más encaradas a buscar subvenciones que no a prestar servicios. Las entidades no tienen que ser tan dependientes del presupuesto público", acusó. La Confederación Catalana de ONG calcula que los recortes afectarán a casi dos millones de personas.

Llorens rechazó la acusación de querer acabar con el modelo de cooperación. Y aportó la solución: que las empresas privadas patrocinen proyectos de la agencia, una opción que se incluye en la ley que acompaña a los Presupuestos. La oposición cree que detrás de esta intención está la voluntad de dar dinero a empresas privadas. Llorens lo negó, e incluso se mostró dispuesto a negociar el redactado de la ley. El presidente de la Confederación de ONG, Francesc Mateu, que también compareció en la comisión, negó su utilidad: "Las empresas privadas pueden aportar dinero para figurar en la punta del iceberg, pero nunca invertirán en las políticas de fondo necesarias".

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Las ONG representaron frente al Parlament la simbólica muerte de la ayuda a la cooperación para el desarrollo.
Las ONG representaron frente al Parlament la simbólica muerte de la ayuda a la cooperación para el desarrollo.ALEJANDRO GARCÍA (EFE)

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