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Entrevista:ALMUERZO CON... LUIS SÁNCHEZ MERLO

"Viví el 23-F en el Congreso. Parecía el 'celtiberia show"

Rosario G. Gómez

Luis Sánchez Merlo (Valladolid, 1947), presidente de la compañía de satélites Astra, compara el proyecto en el que está embarcado con el nombre del restaurante elegido para la cita: "Or-Dago tiene mucho de desafío". Tanto como llevar Internet a esos 3.000 millones de personas que habitan en los países pobres y emergentes de Latinoamérica, África y Asia. "O3b (los otros 3.000 millones) tiene que ver con la solidaridad. Es una respuesta tecnológica a una necesidad social: dar acceso a la gente a Internet, a la televisión o la telefonía, ofrecerles telemedicina, teleeducación".

Desde su nuevo cargo como presidente de Astra en Latinoamérica pilotará una iniciativa en la que también participan Google, HSBC y Liberty Global. Mientras elogia las bondades de la cocina vasca (herencia de sus años de estudiante en Deusto) explica que este proyecto contribuirá a superar la brecha digital entre países ricos y pobres. "El satélite es una solución tecnológica barata, solidaria y eficaz", dice.

El presidente de Astra lidera el plan para llevar Internet a los países pobres

Aunque los satélites también le han jugado malas pasadas. Como aquel día de 2002 en el que se sintió un personaje de las novelas de John le Carré. "Aterrizábamos en el cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, con las luces apagadas por razones de seguridad. Era un paisaje desértico, lleno de restos de lanzamientos de satélites. Un sitio herrumbroso, un lugar siniestro en el que, paradójicamente, íbamos a llevar a cabo una misión sofisticada: la puesta en órbita de un satélite de comunicaciones". Cuando llegó la hora del lanzamiento, la gente estaba eufórica. Bebía, fumaba puros. Pero las malas noticias no tardaron en llegar. El satélite no había entrado en órbita, algo verdaderamente excepcional. Iba a la deriva. "Podía caer en cualquier momento y en cualquier sitio", recuerda mirando fijamente el plato de chipirones. "Aquel fue uno de los días más difíciles de mi vida. Lo más parecido a una escena del juicio final", dice.

Y eso que su biografía está plagada de jornadas espinosas. El 23-F, por ejemplo, le sorprendió en una de las salas que rodean el Hemiciclo del Congreso de los Diputados. Era el hombre de confianza del presidente electo, Leopoldo Calvo Sotelo, y vio entrar a Tejero justo cuando un grupo de periodistas intentaban sonsacarle los nombres de los nuevos ministros. Después del susto inicial vio que aquello estaba abocado al fracaso. "Nos concentraron a todos en el bar del Congreso y nos dijeron que qué queríamos tomar. ¡En medio de un golpe de Estado! La gente empezó a pedir pipermín frapé y güisquis con coca-cola sin saber qué había pasado con el Gobierno ni con los parlamentarios. Aquello parecía celtiberia show".

En esos años participó tenazmente en la entrada de España en el Mercado Común y en la OTAN. Casi 30 años después, se siente "poco entusiasta" de lo europeo. "Europa no ha estado en Túnez ni en Egipto. La UE no está en ningún sitio", expone sin ocultar sus críticas a Catherine Ashton: "Tiene medios extraordinarios para montar un cuerpo diplomático europeo. Pero eso no se traduce en resultados. No hay ni una política ni una estrategia común. Hemos retrocedido respecto a lo que hizo Javier Solana. Europa no tiene el papel que le corresponde en la escena mundial". ¿Y España? "En términos cinematográficos sería un actor de reparto".

Sánchez Merlo luchó por otra Europa. "Hoy la UE no está".
Sánchez Merlo luchó por otra Europa. "Hoy la UE no está".LUIS SEVILLANO

Or-Dago. Madrid

- Anchoas al horno: 12 euros.

- Bacalao Or-Dago: 18.

- Chipirones en su tinta: 20.

- Cerveza, Coca-Cola y agua mineral: 9,95.

- Tarta de trufa: 5,50.

- Café e infusión: 4,70.

Total con IVA: 70,15 euros.

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