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Reportaje:

Viñedos gallegos con raíces

Terras Gauda recupera variedades de cepas y levaduras autóctonas

Históricamente, el sector del vino gallego ha sido terreno para el desembarco de bodegas de otras zonas que pretendían incorporar a su oferta vinos de esas denominaciones de origen. Hasta la fecha no había experiencias significativas en dirección contraria. Terras Gauda, apoyada por varias entidades regionales y con el impulso de aficionados al vino, a cuya cabeza se halla el actual consejero delegado, José María Fonseca, rompió esa dinámica e inició una nueva andadura en una doble dirección: crecer comprando bodegas fuera de Galicia y recuperar las raíces de los vinos gallegos de antaño, en peligro de desaparición. Todo ello con una política de investigación en los procesos de elaboración en colaboración con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Es la principal bodega gallega que se implanta en otras zonas
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Terras Gauda es una de las numerosas bodegas que se han constituido en Galicia en los últimos tiempos al hilo de la moda por el sector de los vinos. Desembarcaron en el sector empresarios ajenos a esa actividad, y muchas de esas bodegas están ahora en venta. No es el caso de Terras Gauda. Con un fondo inicial de solo 200.000 euros, las inversiones del grupo superan hoy los 9 millones. Cuenta con una superficie propia de casi 200 hectáreas, a cuya producción se suman las compras de uva a agricultores de la zona cuyas explotaciones controlan los técnicos de la bodega. Hoy su producción se sitúa en 1,5 millones de botellas, de las que un 30% se comercializan en el exterior, desde Asia a EE UU.

La apuesta del grupo se ha concretado en mantener el tamaño en las instalaciones matrices de la bodega en O Rosal (Pontevedra) en la denominación de origen Rías Baixas, y crecer en otras denominaciones de origen fuera de Galicia. En esa estrategia, el primer desembarco del grupo se produjo en la denominación de origen Bierzo, en León, con la puesta en marcha de Viñedos y Bodegas Pittacum, donde se ha desarrollado un trabajo bajo la misma filosofía que la aplicada en Galicia: apuesta por las producciones cortas y la recuperación de variedades tradicionales de la zona. En el caso de Pittacum, uno de los retos ha sido dar valor a la variedad mencía y elaborar caldos a partir de viñedos muy viejos.

Un segundo paso en esa dirección ha sido la entrada del grupo en Duero a través de la Bodega Sardonia, en Sardón de Duero. En este caso, la operación se hizo mediante el intercambio de acciones.Terras Gauda se hizo con el 75% de la bodega del Duero y los propietarios de Quinta Sardonia con el 4% de la bodega gallega. En esta estrategia no se descarta entrar en otras denominaciones de origen como Rioja.

Una segunda nota de Terras Gauda desde su constitución ha sido su empeño para diferenciarse en los procesos de fermentación. En esa dirección, la empresa ha llevado a cabo un trabajo de investigación con selección de clones hasta conseguir una levadura autóctona que ha patentado junto con el CSIC y que da una personalidad propia a los procesos de fermentación de la bodega.

Uno de los objetivos en la denominación de origen Rías Baixas es la recuperación de variedades de viñedos ancestrales, hoy en proceso de desaparición por razones económicas, bajos rendimientos, periodos de maduración o escasa resistencia a las plaga: treixa dura, loureiro y caiño blanco.

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