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El juez da permiso a tres ex etarras que han condenado la violencia

El juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, en contra del criterio de la fiscalía, ha concedido permisos penitenciarios a tres antiguos miembros de ETA que se apartaron de la banda terrorista, han repudiado la violencia, han pedido perdón a las víctimas por el dolor y sufrimiento que les provocaron y han empezado a hacerse cargo del pago de las indemnizaciones a las que fueron condenados.

Se trata de Joseba Koldo Martín Carmona, José Manuel Fernández Pérez de Nanclares y José García Corporales. Todos ellos se encuentran condenados a penas superiores a los 30 años de prisión. Martín Carmona fue el jefe del comando Vizcaya de ETA hasta 1994, que realizó numerosos atentados, especialmente contra miembros de las fuerzas de seguridad del Estado, y también a ese grupo perteneció Fernández. García Corporales fue integrante del comando Laudio.

Expulsados de la banda

El juez ha atendido las propuestas de las juntas de tratamiento de las cárceles en las que se encuentran, que han informado favorablemente de los permisos de salida de los tres ex etarras como preparación de la vida en libertad. Así, Martín Carmona, que cumplirá la totalidad de su condena en 2015, disfrutará de seis días de permiso; García Corporales, que deberá ser puesto en libertad en 2018, tendrá un permiso de tres días, mientras que Fernández, que ya disfrutó de varios permisos en el pasado sin incidencias, ha progresado de grado penitenciario, de tal forma que gozará de salidas diarias para asistir a un curso de formación dentro del programa de atención personalizada, aunque no disfrutará de salidas de fin de semana. Los tres antiguos terroristas han sido expulsados de la banda y del colectivo de presos de la misma.

Martín Carmona ha dirigido varias instancias mostrando su arrepentimiento y ha llegado a escribir: "Quiero desvincularme totalmente de ese mundo y comenzar una nueva vida con mi compañera. Nunca voy a dar marcha atrás en el camino que he tomado, a pesar de tener un ambiente complicado en muchos momentos por las críticas de mis compañeros. Yo he sentido la paz que necesitaba, porque he soñado muchas veces con la cara de los familiares de las víctimas que ocasioné y he visto que dando este paso, compenso en alguna medida todo el daño que hice".

García Corporales y Fernández han escrito también cartas parecidas en las que muestran su arrepentimiento y la condena de la violencia.

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