Blanc saca la guillotina

El nuevo y esperado seleccionador francés, Laurent Blanc, va a prescindir, para el próximo partido de Francia, un amistoso contra Noruega que se disputará el 11 de agosto en Oslo, de todos los jugadores que disputaron el Mundial de Sudáfrica. De los 23. Creará un equipo nuevo de arriba abajo con dos intenciones: una, la de castigar a unos jugadores tachados en Francia no solo de malos, sino de maleducados e insoportables y, por otra, intentar que el país, gracias a una alineación completamente diferente, olvide el calamitoso, humillante y doloroso paso de la selección francesa por el Mundial. Así se lo comunicó ayer Blanc al Consejo Federal de la Federación Francesa, que lo aceptó.

El difícil reunir tantas incidencias y tantos despropósitos en un solo Mundial y en una sola selección: ya se clasificó en la prórroga de una repesca gracias a una mano ilegal de Henry que todo el mundo vio menos el árbitro; no ganó ni un solo partido, empató uno, perdió dos y se fue a casa a la primera; en el descanso del Francia-México, Anelka insultó al (odiado por todos) entrenador Raymond Domenech, que le mandó al banquillo. La bronca la recogió L'Equipe al día siguiente con los insultos exactos. Anelka fue expulsado. Los jugadores, en protesta, se negaron a entrenarse, declarándose en huelga por un día, concitando sobre ellos todo el desprecio, la irritación y la rabia de un país muy aficionado al fútbol y que, en 1998, vio cómo su selección se convertía en campeona del mundo. El malestar general creció hasta convertirse en asunto de Estado: Nicolas Sarkozy, seguidor de muchos deportes, entre ellos el fútbol, reunió a varios ministros en el Elíseo para aclarar la cuestión y cortar cabezas: se destituyó al vilipendiado Domenech (se negó a estrechar la mano del seleccionador sudafricano tras el partido) y se invitó a dimitir al presidente de la Federación, Jean-Pierre Escalettes. Para colmo, dos internacionales, Franck Ribéry y Karim Benzema (el madridista no estuvo en Sudáfrica), han sido esta semana imputados en un sucio asunto de prostitución de menores y sobre ellos pende la amenaza de cárcel. Ahora, Blanc, precisamente uno de los jugadores pertenecientes a esa añorada generación que ganó el Mundial de 98, deberá decidir si este castigo se limita solo a un amistoso de verano o si se extenderá más allá. La respuesta, el próximo tres de septiembre, cuando Francia se enfrente, en casa, a Bielorrusia, en un partido serio de clasificación para la Eurocopa de 2012.

Brasil pierde a Muricy

Otra de las selecciones que salió malparada del Mundial, Brasil, está a la búsqueda de nuevo seleccionador. Después de destituir a Dunga, la confederación brasileña anunció ayer que el elegido era Muricy Ramalho, técnico del Fluminense, líder ahora de la Liga brasileña, y entrenador conocido por haber sido tres veces seguidas (entre 2006 y 2008) campeón del torneo con el São Paulo. El preparador, sin embargo, renovó ayer mismo su contrato con el Fluminense hasta diciembre de 2012. Brasil sigue buscando seleccionador.