Tres dimensiones a tu medida
El televisor en tres dimensiones llega a nuestras casas, si tenemos dinero y sitio para él. En nuestro caso, vaya por delante, ha llegado a la redacción.
Podría decirse también que hay que abonarse a Canal+ si se quiere ver el Mundial en 3D, pero en el caso de este Samsung de 46 pulgadas no tiene que ser necesariamente así. Lo mejor de este gran aparato es el sistema que convierte las imágenes de alta definición en 3D; no es lo mismo, dirán los puristas, con razón, pero es bastante efectivo. Con este sistema se acaba el tópico de que hay pocos contenidos hechos en tecnología 3D (que es verdad), porque se puede aprovechar todo el material en HD, que es mucho (ahora hay varios canales de TDT en pruebas) para convertirlo en 3D. Además, este cambio se realiza manualmente con el mando a distancia, dándole mayor o menor intensidad al efecto distorsionador. Este recurso de conversión es muy socorrido en el caso de películas y reportajes de naturaleza rodados en HD.
Para ver en el televisor los contenidos en 3D son imprescindibles las gafas (unos 130 euros) y, por supuesto, para cada televidente a no ser que queramos que se nos quede ciego siguiendo durante dos horas a una pelota doble y a 44 jugadores en lugar de a 22. De momento, las gafas son un obstáculo más para la expansión del 3D en el hogar, pero pronto bajarán de precio o se venderán televisores sin esta necesidad (Vizio acaba de anunciarlo). La tecnología de la imagen va muy deprisa, y los fabricantes de televisores y la industria del ocio ha abrazado con mucha ilusión el 3D.
Por supuesto, este televisor lleva una infinidad de cosas más, como sus enchufes USB para meterle tus propias películas, catálogo musical y álbumes de fotos, conexiones a Internet y al ordenador, y la calidad de la imagen es extraordinaria, pero la novedad es el 3D, y funciona bien cuando lo hay y no tanto cuando es una adaptación de HD.
Otra cuestión clave es si el televidente se va a sentir cómodo mirando con unas gafas relativamente pesadas (y superpuestas a las que necesite además la persona) dos horas de una película de efectos especiales o de mucho movimiento. Recomendaría a los que quieran seguir la senda de Avatar, que no se excedieran, que piensen que en los cines IMAX las películas no pasan de 20 minutos. Por algo será.
En el caso de actuaciones musicales o espectáculos más tranquilos, como un partido de tenis, se aguanta y disfruta absolutamente, siempre, por supuesto, que las cámaras no se coloquen en un lateral de la pista, y tengamos que girar el cuello a derecha y a izquierda con cada pelotazo, como les ocurre a los espectadores en directo. La inmersión en el espectáculo es casi la misma.
Producto: televisor 46" LED 3D Empresa: Samsung. Precio: 2.299 euros. Sitios: www.samsung.es
