Un siglo muy agitado
Cien años y cuatro meses después de su inauguración, el Metropol celebra su centenario en primera línea de fuego. El edificio es el único teatro municipal de Tarragona a la espera de la apertura del nuevo equipamiento público, previsto para el año que viene. Construido por encargo del Patronato Obrero Católico, solo empezó a conocerse como Metropol en los años treinta, tras la instauración de la República. Luego fue gestionado por el arzobispado de Tarragona y después por asociaciones estudiantiles, hasta que tocó fondo en los ochenta. Se había convertido en sala de cine, pero la falta de público y una mala gestión obligaron a echar el cierre. Fue un edificio muerto entre 1987 y 1990, cuando lo compró el Ayuntamiento. Reabrió como teatro en 1995, tras una intensa y premiada rehabilitación arquitectónica. Desde entonces, cerca de 1,2 millones de tarraconenses se han sentado en sus butacas.