_
_
_
_
_
cine | 63º Festival de Cannes

Una Michael Moore a la italiana contra Il Cavaliere

El documental 'Draquila', de Sabina Guzzanti, denuncia el uso político que se hizo del terremoto de L'Aquila

Elsa Fernández-Santos

Que Sabina Guzzanti pase por ser la Michael Moore de Italia no es una etiqueta gratuita. Su película Draquila-La Italia que tiembla toma del cineasta estadounidense algo más que ese estilo inconfundible de veloz panfleto-documento. Guzzanti (Roma, 1963) presentó ayer en una sesión especial del Festival de Cannes su proclama anti-Berlusconi, en la que denuncia la instrumentalización política del terremoto de L'Aquila y la corrupción que siguió al terrible temblor de tierra que acabó con la vida de 308 habitantes de esa localidad de los Apeninos centrales. Draquila llegaba ayer precedido de un beneficioso boicoteo: el ministro de Cultura italiano, Sandro Bondi, declinó asistir al festival por estrenar un documental que, en sus palabras, "representa una caricatura de Berlusconi como si fuera un emperador en el fin de su reino". Como era de esperar, ayer las ventas internacionales de la película se dispararon.

El ministro de Cultura del país transalpino no ha asistido al certamen
La directora afirma: "Berlusconi busca un estado de excepción perpetuo"

Mientras 370 directores y guionistas italianos firmaban un manifiesto de apoyo a Guzzanti, la humorista-cineasta asumía su papel de estrella mediática por un día y atendía a los periodistas bajo una carpa situada en la playa. En un perfecto castellano, Guzzanti (conocida en España por su anterior filme, ¡Viva Zapatero!) insistía en las tesis de una película que dispuesta a disparar quizá dispara demasiado lejos y viene a decir que hasta el mismísimo terremoto pudo haberse evitado y no se evitó por falta de previsión, que la actividad de la mafia (involucrada en la operación inmobiliaria que siguió al temblor) supone el 11% del producto interior bruto italiano, y que los campamentos de L'Aquila parecían más un campo de concentración que de desahuciados . "El terremoto de L'Aquila fue tomado por el Gobierno de Berlusconi como un símbolo de su eficacia cuando en realidad es un símbolo de todo lo contrario. Italia no es una democracia, ha tomado el camino del autoritarismo", afirma rotunda la italiana. "Berlusconi lo que quiere es el estado de excepción perpetuo, y eso es un hecho, que le permitan seguir gobernando a golpe de decretos antidemocráticos".

"No creo que censurar este filme sea beneficioso para su repercusión", añade la directora. "Es el juego que a ellos les conviene, es lo que siempre hacen y lo hacen por algo: logran su fin, que es desactivar el discurso al demonizarme a mí y a todo el que vaya a ver la película. Al final irán los de siempre, los que saben a lo que van, pero sus votantes ya no acudirán, saben que sería algo inaceptable". Para Guzzanti, Italia es un país aplastado por la censura. "Y las principales víctimas de esa censura son los que están al lado de Berlusconi, porque no se están enterando de nada. Hice esta película para contar lo que pasa en mi país y para explicármelo sobre todo a mí misma. No es una película de propaganda". Draquila presenta a un Berlusconi populista, marrullero y provocador, y Guzzanti no admite ni siquiera su proverbial carisma: "Es un arrogante y un violento y cuando se ríe no lo hace para divertir sino para provocar".

La jornada de la sección oficial se dividió entre el filme del actor Mathieu Amalric Tournée y el del chino Wang Xiaoshuai Rizhao Chongging. Si Amalric (claramente decepcionado con la respuesta a su tercera película) se pone al frente, como actor y como director, de una compañía de burlesque en la que sus fondonas integrantes dejan exhaustos a los espectadores con sus grotescos malabarismos sexuales, Xiaoshuai narra el viaje de un hombre en busca del hijo que abandonó de niño y que ahora ha muerto a tiros en un supermercado. "¿Quién le mató?", se preguntaba ayer el cineasta chino. "¿El policía que le disparó o el padre que le abandonó de niño?". Sin juzgar a ninguno, el estupendo filme nos pone frente a todos.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_