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Reportaje:25ª jornada de Liga

Guti y el 'gutismo'

La exhibición del centrocampista ante el Sevilla evidencia que su estilo debería ser irrenunciable para Pellegrini en el Real Madrid - El Barça ha perdido pegada, velocidad y equilibrio

José Sámano

Hace décadas que en la Liga española está mal vista la racanería. Los equipos triunfadores han interiorizado el buen juego. Ganar requiere hacerlo con estilo. A su manera, lo tuvo el Atlético del doblete, el Depor cuando era Súper, el Valencia de aquel Benítez que entonces no procesaba el fútbol en gigas y, por supuesto, el Barça y el Madrid, por citar a los cinco últimos campeones.

Las estrellas se compran; el estilo se impone, no tiene precio. Al Barça, que ha marcado el camino estos últimos años, le sobra, por mucho que ahora destile algunas dudas. Pero lo hace sin renuncias, firme a sus ideales, desde la autoridad que conceden seis podios. Y con la alerta permanente de su técnico, Pep Guardiola, tan responsabilizado que el presente le ha hecho olvidar el pretérito inmediato.

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Mientras se busca de nuevo el Barça, se encuentra el Madrid. Al estruendoso plan institucional le faltaba el acento deportivo. En un club tan presidencialista, el politiqueo es inevitable para cualquier técnico, incluido Manuel Pellegrini, al que los acontecimientos le han servido de brújula. Del trastero de la pretemporada han resurgido, en buena medida por azar, Garay, Van der Vaart e Higuaín. Los tres, alistados por el presidente anterior, partieron como colistas en sus respectivas demarcaciones. Han resultado claves. Como Guti, el patrimonio más antiguo del club: nadie lleva tantos años de madridista.

Los cuatro futbolistas reseñados se han ganado más de una portada, por mucho que no estuvieran en los fastos veraniegos del advenimiento de Florentino Pérez. Si nadie como Cristiano Ronaldo simboliza la apuesta financiera del proyecto, nadie como Guti marca el estilo. Más allá de las condiciones visionarias del jugador y de su inestabilidad permanente, Guti es una especie única. Él representa una forma de entender este juego. No hay en la plantilla quien tenga su ingenio, su capacidad para hacer incluso mejores a los demás. Le ocurre a Xavi en el Barça. Su espectacular dictado ante el Sevilla no sólo le volvió a reivindicar como futbolista, sino que evidenció que el gutismo debería ser un principio irrenunciable en el Madrid, una etiqueta que ni las estrellas pudieran discutir por mucho que les apunten los flashes y deleiten a los vip.

Pellegrini, por si no había tenido pistas, lo advirtió ante el Sevilla en un examen de máxima exigencia. Al estilo Guti, el Madrid fue un coloso y no perdió un ápice de energía. El miércoles, frente al Lyon, en otra prueba de altura, con Xabi Alonso sancionado, el gutismo es la única salida. No debería ser por obligación, sino por necesidad. Cuando todos estén en plenitud, si nada cambia por el camino, Pellegrini tendrá que argumentar en favor de Kaká y en detrimento de Alonso, Guti, Van der Vaart... La gestión no será sencilla, salvo que Guti facilite las cosas. Aun sin él, el Madrid debería ser gutista.

A la espera de esos debates, el madridismo disfruta tras la épica remontada ante el Sevilla y las dudas que despierta el Barça, penalizado por su crucero de éxitos, la dimisión de Henry y la fijación de Ibrahimovic, tan buscado como boya por sus compañeros, lo que desnaturaliza muchas veces el tuétano del equipo, como marcado por árbitros y adversarios. Con las certezas de unos y las inquietudes de otros, el fascinante duelo no defrauda. El estilo del Barça, tampoco. El del Madrid se negociará en un mes, con la Champions y el clásico de por medio. Guti es el síntoma.

Guti da un pase ante Perotti en el partido del sábado entre el Madrid y el Sevilla.
Guti da un pase ante Perotti en el partido del sábado entre el Madrid y el Sevilla.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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