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breakingviews.com | BCE | Laboratorio de ideas

Sin noticias (por ahora) de la deflación

A Jean-Claude Trichet le gusta decir que su brújula sólo tiene una aguja. El presidente del Banco Central Europeo debería mirarla.

La única aguja es el índice de inflación, que en este momento es del 0,9% en la zona euro (aproximadamente la mitad del objetivo del BCE de "cerca, pero por debajo del 2%"). Las señales a medio plazo son de más de lo mismo. Trichet afirmó el jueves que el equipo del BCE espera que la subida de los precios se sitúe este año entre un 0,8% y un 1,6%, y entre un 0,9% y un 2,1% en 2011. En otras palabras, el BCE tendrá suerte si alcanza su objetivo en cuanto a la inflación el año que viene.

Sin embargo, los pronósticos probablemente no tengan del todo en cuenta las poderosas fuerzas deflacionarias que podrían afectar pronto a la zona. Como le gusta señalar a Trichet, Grecia acaba de comprometerse a poner en práctica un programa de profundos recortes fiscales. Irlanda va por el mismo camino. España, Italia y Portugal deben emprender la misma senda, recortando su déficit fiscal en muchos puntos porcentuales del PIB.

Incluso las dos economías más importantes de la zona euro, Alemania y Francia, tienen un déficit presupuestario más elevado de lo permitido por las normas de la zona. Estas normas, como ha manifestado Trichet en sus numerosas declaraciones en las que sin duda parece haber perdido el norte, han funcionado bien.

Los recortes fiscales llegarán a una economía de la zona euro que sólo creció un 0,1% en el cuarto trimestre de 2009. Podrían hundir un poco más el crecimiento (y los salarios y los precios). Esto, a su vez, conllevaría un gran peligro. La deuda pesa más si los salarios son más reducidos. Y los tipos de interés bajos no son tan bajos si los precios caen. Es la razón por la cual los bancos centrales de todo el mundo están tan ansiosos por evitar la deflación.

Sin embargo, el BCE ni siquiera menciona que ahora exista un riesgo de deflación. En vez de ello, está retirando, muy prudentemente, parte de la excepcional liquidez que facilitó a los bancos. Su tipo de interés principal es más elevado que el de Reino Unido o el de EE UU. Trichet afirmó el año pasado que habría "inconvenientes" para recortarlo más.

Pero Trichet y su equipo deberán pensarse mucho la manera de estimular los precios y el crecimiento. El peligro es que la zona demuestre que se encuentra peligrosamente bien anclada.

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