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Cajasur se rinde en el último momento ante la amenaza de intervención del Banco de España

La olla a presión en la que se había convertido Cajasur no aguantó ayer más y, como se esperaba, su cúpula directiva se rindió, en el último minuto, ante la amenaza del Banco de España de intervenir la caja si hoy no daba señales de continuar con la fusión. Después de un fin de semana de contactos "tremendo", según varias fuentes, el presidente de la entidad cordobesa, el sacerdote Santiago Gómez Sierra, accedió a aprobar el plan de negocios conjunto elaborado por Boston Consulting Group, como paso previo a la posterior negociación del plan laboral como reclamaba el supervisor. El pasado jueves, el supervisor, tras otro órdago de Cajasur, dio un manotazo encima de la mesa y amenazó a la caja controlada por la Iglesia con la intervención, dada la situación ruinosa en la que se encuentra.

El desenlace se produjo después de una entrevista entre el presidente de Unicaja, Braulio Medel, y Santiago Gómez Sierra, en la sede de la caja malagueña. Pasadas las diez de la noche, un comunicado conjunto de tres raquíticas líneas anunció: "Las cúpulas directivas de Unicaja y Cajasur han alcanzado en el día de hoy un principio de acuerdo sobre el Plan Estratégico de Negocio de la fusión, que someterán de forma inmediata a la aprobación de sus respectivos consejos de administración".

El también deán de la Catedral de Córdoba decidió continuar con el proyecto a pocas horas de que expirara el ultimátum del Banco de España. La estrategia de la cúpula directiva de Cajasur ha girado, desde el mismo día que dio su primer sí a la unión con Unicaja, en lanzar órdago tras órdago, bien con la reforma de la ley de cajas, que eliminaba los privilegios de los canónigos para ahora y en el futuro, o la de oponerse a un plan estratégico elaborado con los datos que la propia caja había facilitado a la consultora. Los datos económicos de la empresa describen una situación muy negra de Cajasur: estima que perderá este año 528 millones de euros, contabilizará un agujero de 800 millones por fondos no cubiertos y prevé 1.000 más en los próximos años. Y estima los excedentes laborales de Cajasur en un millar de empleos, una cifra muy similar a la tasadas por Cajasur hace menos de dos años.

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