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La industria del vino encoge

Desaparecen empresas y productores mientras pugnan por la calidad

Amanda Mars

Casi 5.000 viticultores han desaparecido de las estadísticas desde el año 2000. La producción de vino de las principales denominaciones de origen (DO) baja año tras año, algunas porque migran a la nueva DO Catalunya, pero también de forma natural. La rentabilidad baja. El empleo cayó el 15% entre 2005 y 2007. En ese mismo periodo, el número de establecimientos bajó de 400 a menos de 300. Y las ventas se resienten de la crisis.

Suenan tambores de transformación en la industria vitivinícola de Cataluña, que se enfrenta a la recesión económica y a su propia idiosincrasia.

Los datos del último estudio del Observatorio de la Viña, el Vino y el Cava dibujan un sector de tendencias decrecientes, pero la Generalitat aclara que esta reestructuración es necesaria para pisar fuerte en el disputado mercado mundial del vino.

Las ventas bajaron el año pasado dentro y fuera de España por la crisis
"Sí hay un efecto de pez grande que se come al pequeño", dicen en el Penedès
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"Sólo continuará el pequeño viticultor que se especialice mucho y ofrezca un producto de gran calidad. También creemos que las cooperativas tienen que unirse, hacerse más fuertes", señala el director general de Planificación y Relaciones Agrarias, Antoni Díaz. De hecho, mientras que el consumo de vino de mesa va a la baja, los adscritos a la DO aguantan mejor la crisis.

El concreto, el número de viticultores pasó de 16.935 en la campaña 2000-2001 a 11.325 en la de 2007-2008, con las caídas más importantes en las DO Priorat, Tarragona y Penedès (véase el gráfico de la página 3), aunque en la tendencia decreciente también influye un cambio de criterio estadístico por el cual se eliminan los propietarios que no son titulares de la producción. Como ocurre en todo negocio tradicional, también hay problema de relevo generacional, que contribuye al retroceso del pequeño viñedo frente a la explotación más profesionalizada. "Mucha gente se jubila y los hijos no quieren continuar con el negocio, así que les traspasan las viñas a otros", agrega Díaz.

Por eso, aunque el número de industrias ha caído por debajo de las 300, frente a las 400 que alcanzó en 2005, el número de establecimientos con más de 20 empleados se mantiene estable, según el Instituto Catalán de Estadística (Idescat).

Y es que este negocio no tiene nada de sencillo. Los vinos catalanes han sufrido unas bajadas de ventas del 5,1% en el mercado español (entre 2007 y 2008) y del 21,7% en el exterior por la crisis, y la rentabilidad de las empresas ha bajado. Y este año las cosechas pueden bajar entre el 20% y el 30%, según los cálculos de la Generalitat. En su propia casa, los caldos catalanes, excepto el cava, tienen mucho camino que recorrer.

El mismo consejero de Agricultura y Ganadería, Joaquim Llena, se ha quejado en ocasiones de que de cada cuatro o cinco botellas de vino que consumen los catalanes, sólo una es catalana.

"Hay que hacer marca, ligar la calidad al terreno, al lugar donde se elabora el vino, porque eso es lo que nadie puede hacer igual. ¿Cómo vamos a competir con Australia?", apunta Díaz.

En Bodegas Torres, que, excluyendo las cavistas Freixenet y Codorníu, es la primera empresa catalana de vino y una de las primeras de España, opinan que "no se trata tanto de reducir volúmenes como de apostar por la calidad cada vez más. Lo que cambia es la tendencia entre consumidores, se prefiere consumir poco pero bien, porque los vinos corrientes tiene cada vez menos salida".

En cuanto a la crisis, la empresa ve algo parecido a brotes verdes. "Ya hace meses que se reaccionó y se están tomando medidas correctoras para reducir costes y ajustar los stocks de vino", indican.El director de Planificación y Relaciones Agrarias también señala que hay "un stock de vino muy importante, de vino que se embotella y no se vende, o se vende pero luego no se pasa a recoger".

La mayor denominación de origen de Cataluña por volumen es la de Penedès. El director de su consejo regulador, Josep Ribes, habla de una caída del 18% de las ventas global en 2008, y en el primer semestre de 2009 se ha mantenido la tendencia, aunque "este julio parece que las bodegas se animan un poco y están embotellando con más alegría".

Ribes descarta una caída significativa del número de viticultores en su zona, si bien "sí hay un efecto de pez grande que se come al pequeño, porque las últimas compraventas de bodegas siempre las hace el hermano mayor", aunque asegura que no se están perdiendo bodegas en el Penedès.

En la bajada de producción y ventas, dice, influye el efecto de impulsar la DO Catalunya, que ha supuesto la migración de volúmenes de vino desde algunas DO (sobre todo la de Penedès) a la de Catalunya, con lo que la bajada se podría suavizar, según apunta el estudio del observatorio.

Y aunque el valor de la producción ha subido ligeramente, el análisis económico de 2006 y 2007 indica que los costes de producción lo han hecho en mayor proporción y la rentabilidad ha bajado. ¿Es necesario subir los precios? Antoni Díaz sostiene que "la buena relación calidad-precios que caracteriza al vino catalán es ahora una oportunidad muy buena porque en estos momento el consumo se fija mucho en ello".

De hecho, la búsqueda de la rentabilidad también se puede emprender en función de su actividad. "La mayor parte del negocio del vino se hace en la fase de elaboración y embotellado, no en la producción de la viña, y por eso les estamos diciendo a las cooperativas que se unan y vayan por ahí", apunta Díaz.

En los últimos años, pese a la tendencia general de concentración en el sector, también se ha dado el fenómeno de la aparición de nuevos negocios relacionados con el vino, impulsados por inversores ajenos al mundo vitivinícola que han creado su propia y pequeña explotación.

El gusto por el vino de calidad y el mundo que lo rodea, pese a todo, se puso de moda hace unos años y apuesta por el turismo enológico que, por ejemplo, está poniendo en marcha Penedès, lo que también le ayuda a mirar a sus competidores cara a cara.

Unos viñedos en el Priorat, denominación de origen que, como otras, afronta la crisis con productos de calidad.
Unos viñedos en el Priorat, denominación de origen que, como otras, afronta la crisis con productos de calidad.JOSEP LLUÍS SELLART

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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