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Urkullu exige el final de las críticas al PNV por pasividad ante ETA

Rubalcaba telefoneó a Balza antes de la rueda de prensa en Sabin Etxea

El PNV se halla muy molesto por lo que considera una campaña de descrédito contra la labor que los consejeros de su partido que han dirigido la cartera de Interior han realizado en la persecución de ETA. El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, quien compareció ayer en Sabin Etxe, la sede central de su partido en Bilbao, acompañado por los ex consejeros de Interior Javier Balza, Juan María Atutxa y Juan Lasa, exigió al Gobierno de Patxi López que corte de raíz ese tipo de pronunciamientos.

En realidad, en estas semanas que Rodolfo Ares lleva el frente de Interior el único discurso crítico contra los consejeros del PNV que dirigieron la Ertzaintza -en concreto contra su anterior responsable, Javier Balza- ha llegado de dos ertzainas encapuchados (un agente de base y un suboficial) que aseguraron ante las cámaras de Antena 3 que habían recibido órdenes de no detener a etarras. Para Urkullu, "aunque sólo fuera un ertzaina", el Gobierno debería "cortar" esas acusaciones y evitar así que "cunda y cale" ese discurso en la sociedad vasca.

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Pero el PNV se encuentra mucho más enfadado con el discurso del lehendakari tras la manifestación que recorrió el pasado sábado el centro de Bilbao en protesta por el asesinato del inspector de policía Eduardo Puelles. López enfatizó entonces que "se acabó la impunidad y la arrogancia de quienes utilizan el argumento del amparo velado de la capucha", y el líder del PNV y toda su dirección interpretan que ese discurso sobre el fin de la impunidad abría a la interpretación la supuesta pasividad de la etapa del Gobierno de Juan José Ibarretxe.

La declaración leída por Urkullu suponía un reconocimiento explícito a los 8.000 agentes de la policía autonómica y a los ertzainas que han caído asesinados por el terror: "ETA sí ha considerado que la Ertzaintza era su enemigo y se ha empleado a fondo en atacar a este pilar del autogobierno vasco, atentando contra sus miembros y llevando adelante una calumniosa y prolongada campaña de desprestigio social contra ellos".

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Sin embargo, y sobre todo, la declaración pretendía ser un homenaje a los consejeros que han dirigido este cuerpo desde 1980. "Nos sentimos orgullosos de vosotros, los hombres y mujeres que el PNV ha designado a lo largo de estos tiempo para dirigir la Ertzaintza", enfatizó. Le acompañaban tres de los cinco cargos peneuvistas que ha tenido esa carteras -José Manuel Martiarena no se encontraba en Euskadi, según comentó el propio Urkullu, y Luis María Retolaza murió en 2007-.

Poco antes de la comparecencia de Urkullu, anunciada la víspera, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, telefoneó al móivil de Balza para preguntarle sobre el contenido de la intervención que se iba a desarrollar, instándole a que echara balones fuera de la responsabilidad política, según fuentes conocedoras de la conversación.

En un momento de las intervenciones de ayer -hablaron Atutxa, Urkullu y Balza- se llegó a sugerir cierta responsabilidad de los medios de comunicación en esta polémica. El resto de la comparecencia se dedicó a exigir de nuevo que la Ertzaintza "supere todas las trabas externas" del Ejecutivo central para poder acceder a la UE como una policía Schengen y para que la Ertzaintza coopere y se coordine con el resto de policías, pero "nunca" esté "supeditada a ninguno" de esos cuerpos de seguridad.

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