El hotel Vela, nuevo icono de Barcelona, costó 280 millones
Tras la Torre Agbar y el Hotel Arts, en el paisaje marítimo de Barcelona se recorta ya una nueva silueta arquitectónica, tan celebrada por sus promotores y por las autoridades como criticada por muchos vecinos de la Barceloneta. El hotel W Barcelona, popularmente bautizado como hotel Vela, fue ayer presentado en sociedad como "nuevo icono" de la ciudad.
El edificio -que, para su cerebro, el arquitecto Ricardo Bofill, "surge de una forma natural", tiene "una geometría sencilla, sutilmente abierta al mar" y conecta la Barcelona "habitable" de las playas con la del puerto y su estética industrial- ha costado 280 millones de euros, incluida la aportación de la Autoridad Porturaria de Barcelona (APB). Es el desembarco del grupo neoyorquino Starwood en España con su marca hotelera de lujo W, una de las que se han hecho fuertes en el mundo vendiendo "diseño y experiencias" a los clientes.
El W, criticado por los vecinos, se inaugura en octubre y ya tiene 275 reservas, de 473
Ubicado en una superficie ganada al mar, en el Moll de Llevant, el W y sus 27 plantas abrirá sus puertas en octubre. Pero hoy ya tiene 275 habitaciones reservadas, de 473. En los años de tropiezos del proyecto (cuya construcción se autorizó en 2003 y cuya altura fue luego forzada a recortarse de 160 a 110 metros, así que la vela original se asemeja a una panza), ya le han salido lo que Bofill llamó "imitadores". Hay velas en Dubai y en Reino Unido.
Preguntado sobre su cercanía al mar, el tercer teniente de alcalde, Jordi William Carnes, se limitó a replicar que el W es "una nueva apuesta por el siglo XXI y por la modernidad". La responsable de W (con 29 hoteles en Estambul, Los Ángeles y Seúl), Eva Ziegler, dijo que Barcelona fue elegida "por ser ciudad de la moda, la arquitectura y el diseño".
El entusiasmo de la presentación contrasta con el enfado vecinal por un edificio "que nos roba hasta el horizonte". Además del impacto visual, la plataforma contraria al hotel teme un mayor encarecimiento de la vida en el popular barrio de la Barceloneta. Algunos sostienen que el hotel quita viento a quien practique vela o windsurf. Y otros auguran que -visto el paseo marítimo que se construye junto al hotel, hasta la plaza del Mar- el W se llevará por delante la playa nudista de San Sebastián. La campaña pretende apurar las acciones legales para evitar que el hotel se abra; aunque sus promotores son conscientes de que su iniciativa puede llegar tarde. "Es mejor hacer campaña ahora que quedarse callado", resalta Gala Pin, miembro de la Plataforma de Defensa de la Barceloneta, que ha propuesto movilizaciones en la calle.
Denuncia la contradicción de levantar un hotel en la bocana del puerto, contra la Ley de Costas, que impide construir a 100 metros del mar y no tuvo compasión con los chiringuitos. Itziar González, edil de Ciutat Vella, sostiene que el Ayuntamiento está atado de pies y manos porque la zona depende de la APB, cuyo presidente, Jordi Valls, asistió a la presentación de ayer. El hotel fue proyectado y autorizado en la época en que CiU gobernaba en la APB.
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