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Reportaje:

12º 'ochomil' de Pasaban

La alpinista española corona el Kangchenjunga y adelanta a Meroi y Kalterbrunner en la carrera hacia las 14 cimas más altas

"Todos estamos bien. La cima del Kangchenjunga ha sido dura y el descenso hasta el campo 4 aún más. Pero todo está controlado. Hace cinco minutos acaban de llegar a las tiendas Edurne Pasaban, Asier Izaguirre y un sherpa. Ya estamos todos los de la cumbre". Así se expresó ayer el alpinista Ferran Latorre, en conversación telefónica con este diario, desde una de las tiendas situadas a 7.800 metros. Eran las 20.25 hora peninsular española, casi la medianoche en el Kangchenjunga, la tercera montaña del mundo, en Nepal, con sus 8.586 metros.

Siete horas antes, Pasaban, había alcanzado la cumbre apuntándose su duodécimo ocho mil y pasaba a encabezar la pugna que mantiene con la italiana Nives Meroi y la austriaca Gerlinde Kalterbrunner por ser la primera mujer en pisar las 14 cimas más altas del planeta. Si Meroi abandonó el sábado pasado en el propio Kangchenjunga, Kalterbunner puede igualarle esta semana si corona el Lhotse (8.516 metros, entre China y Nepal).

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Con voz entrecortada, Latorre prosiguió la breve charla con este diario: "Repito: todo está controlado. La gente se está hidratando. Descansaremos esta noche en este campo de altura y mañana [por hoy] descenderemos al campo base".

Pasaban, según Latorre, no podía hablar. Estaba extenuada y con una fuerte afonía producto de un ligero resfriado que arrastra desde hace varios días. "Pero está bien", sentenció Latorre; "y Juanito [Oiarzabal] también. Todos estamos bien".

Las palabras de Latorre aportaron tranquilidad después de las noticias confusas que llegaban a España por la tarde desde Nepal sobre la evolución del descenso de Pasaban y también de Oiarzabal.

Según las primeras informaciones recibidas desde el campo base, ambos llegaron tocados a la cima. En un primer momento, pareció que el dramático descenso del K2, en 2004, se podía repetir, cuando Oiarzabal perdió por congelación todos los dedos de sus pies y Pasaban dos falanges, una en un dedo de cada pie. Por fortuna, nada de eso ocurrió ayer.

Pasaban coronó la cima del Kangchenjunga tras 16 horas de ascensión desde el campo 4, bien arropada por sus compañeros de cordada: su inseparable Asier Izaguirre, Alex Chicón y el incombustible Oiarzabal (a sus 53 años, engordó su reinado mundial de los ochomiles al sumar la 23ª ascensión) y tres sherpas. Dos horas antes lo había hecho Latorre, convertido ayer en el portavoz del grupo.

Edurne Pasaban, en un alto durante su escalada al monte Kangchenjunga.
Edurne Pasaban, en un alto durante su escalada al monte Kangchenjunga.

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