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Gran Premio de China de Fórmula 1
Columna
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El mago Merlín

Hasta ahora todo eran alabanzas hacia el equipo Brawn GP. Sin embargo, en el GP de China, hemos visto que existe una nueva escudería con ganas de hacerse mayor: Red Bull. Es un equipo sin difusor de dos niveles y sin KERS, pero bajo el hechizo de uno de los magos de la aerodinámica en la F-1, su director técnico Adrian Newey. Analicemos cuáles son las claves de un equipo que en el asfalto de Shanghai se ha consolidado como un serio aspirante al título.

Su nacimiento fue en 2005, a partir del antiguo equipo Jaguar. Los primeros años fueron de creación de la estructura y personal del equipo. Una de las incorporaciones estrella se produciría en 2006, cuando Adrian Newey llegó, tras desavenencias con la cúpula de McLaren. Newey es uno de los ingenieros que más coches ganadores ha diseñado (entre ellos los Williams-Renault, que arrasaron en los noventa, o los McLaren de Hakkinen, que dominaron antes de la era Schumacher). Un artista de la aerodinámica, no exento de diseños controvertidos, y que hizo su Tesis Doctoral sobre el efecto suelo.

El año 2009 ha sido de grandes cambios y por tanto las escuderías más potentes en 2008 no han podido aprovechar sus monoplazas como base para el diseño de los coches de esta temporada. Esto ha permitido que otros equipos hayan tenido opciones de acertar con un coche ganador, caso de Brawn y Red Bull. En el caso de Red Bull, el RB5 (monoplaza de 2009) sólo conserva de su antecesor el interior de la caja de cambios, todo el resto es nuevo. La aerodinámica es muy estilizada y en muchos sentidos recuerda a coches McLaren de años anteriores (cuando Newey aún estaba en la escudería de las flechas plateadas). El morro es mucho más elevado, fino y afilado que el de otros monoplazas y ¡su aspecto metió verdadero miedo a ingenieros de muchos equipos cuando se estrenó en febrero en Jerez!

El resto de la aerodinámica está muy cuidada y, aunque no tienen un difusor de doble nivel como los Brawn, Toyota o Williams, sí han probado soluciones ingeniosas, como prolongar hacia abajo los planos verticales que sujetan el alerón trasero y hacer que conduzcan el flujo de aire procedente del suelo del monoplaza (actuando así como un ¿difusor? adicional).

Sobre el otro plato estrella de 2009, el KERS, si bien es cierto que el coche aún no lo lleva incorporado, el diseño sí ha contemplado la introducción de un KERS con baterías eléctricas a lo largo de la temporada (han dejado un espacio para la parte principal de este sistema bajo el tanque de combustible). Por otro lado el motor del Red Bull es Renault y, gracias a la evolución que la FIA autorizó este año para este motor en particular, está a la altura de los V8 más competitivos. Otras ideas innovadoras en el RB5 son el uso de una suspensión tipo pull-rod y no push-rod (el diseño tira de los amortiguadores y no empuja, lo que baja el centro de gravedad).

El RB5 ya había tenido un comportamiento muy prometedor, especialmente en Australia, porque estaba a unas tres décimas de los Brawn en ritmo de carrera y era el segundo mejor equipo de la parrilla. En la carrera de hoy, la clave detrás del peor ritmo de los coches del antiguo equipo Honda ha sido que no lograban alcanzar la temperatura óptima de sus gomas y por tanto perdían adherencia y ritmo.

El secreto de este Mundial 2009 puede estar en la capacidad de evolución tanto de Red Bull como de Brawn GP. La buena noticia para nosotros es que, con los mejoras en su monoplaza y, a pesar del noveno puesto de hoy, Fernando tiene el tercer mejor coche de la parrilla. Eso sí, un escalón por detrás de los dos primeros. De momento hay que brindar, pero no con champán... ¡sino con un Red Bull!

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