El Ayuntamiento mantiene tres años más 2.000 'chirimbolos' antiguos

El pleno de ayer dejó claras dos cosas. Primero: que el PP, tanto en épocas de José María Álvarez del Manzano como de Alberto Ruiz-Gallardón, está decidido a inundar la ciudad de chirimbolos publicitarios; sumados a los nuevos que se pusieron hace dos años, ya son 2.900. Y segundo: al menos, este equipo de gobierno parece que le saca algún beneficio más a la tremenda contaminación visual a la que somete al centro de Madrid y a sus ciudadanos. Concretamente, 140 veces más. Exactamente las mismas, pero a la inversa, que JCDécaux, la adjudicataria, se ahorró con Manzano.

Así, el 28 de julio se firmará la prórroga de tres años de un contrato realizado en 1994 por el que el Ayuntamiento recibía un canon anual (actualizado con el IPC) de 46.720 euros por los 1.992 soportes. Ahora será de 6,3 millones. Además, JCDécaux tendrá que seguir prestando los servicios que incorporan algunos chirimbolos, como la recogida de vidrio (190 soportes), reciclaje de pilas (400), planos de Madrid (290), planos del metro (390) y aseos públicos (28). El resto son paneles publicitarios donde el Ayuntamiento tiene reservada una cara para su publicidad.

Lo asombroso es cómo pudo Manzano firmar un contrato 140 veces inferior a su valor actual, descontando la subida del IPC. Este periódico trató ayer sin éxito de recabar la versión de JCDécaux. Respecto a esa subida de precio, en el Ayuntamiento alegan que cuando Manzano firmó, el mercado de la publicidad era distinto.

El grupo socialista llevó ayer el asunto al pleno para que no se prorrogue el contrato por el "feísmo urbano" que supone. Pero a Botella no le parece que esos 2.900 chirimbolos, sumados a la publicidad privada que existe, sean muchos. Según datos que le ha proporcionado Outdoor Consulting, una empresa que trabaja para el Ayuntamiento, Madrid es la cuarta ciudad en metros cuadrados de publicidad por cada 1.000 habitantes. Concretamente, 45 metros cuadrados. Así, Zaragoza tiene 73; Sevilla, 67; Valencia, 47, y Barcelona, 31.