"La tienda que no sea rentable es un despilfarro"

Veinticinco años en el mundo de la moda no sólo le han dado tablas. También perspectiva, que es la que emplea para analizar el futuro de un sector que, en su opinión, "ha pasado del medievo a la modernidad en un abrir y cerrar de ojos". Manuel Roberto Mariño Fernández-Moure (Verín, 1945), Roberto Verino para casi todos, apela a la unidad y a la imaginación más que nunca. Y defiende el papel del Igape, que acaba de apoyar la refinanciación de la deuda de su empresa, aunque sea de los que piensan que las administraciones "cuanto más lejos, mejor".

Pregunta. ¿Qué lleva a Roberto Verino a acudir a una operación de avales con el Igape por casi 12 millones de euros?

Respuesta. Ante la crisis, nos planteamos un escenario negativo por lo que pudiera ocurrir. Podríamos tener dificultades de seguir esto así, ya que trabajamos con mucha antelación y tenemos que hacer frente a compromisos importantes. La operación fue sobre todo para refinanciar pasivo, más que circulante. Al margen del riesgo de acertar o no con nuestras colecciones, debemos hacer frente a muchos pagos. Nos pusimos en un escenario muy negativo, para que nuestros recursos financieros no nos fallen si esto se agrava.

P. El papel del Igape ha sido muy cuestionado.

R. En nuestro caso siempre hemos encontrado una respuesta magnífica. Son receptores de nuestras necesidades y canalizadores al mismo tiempo. Desde hace años. El Igape ha sido un aliado. Tengo que decirlo. Y hemos pasado por distintas administraciones. Al margen del color político, son profesionales.

P. ¿Se han planteado dar entrada a otros socios en el capital de Roberto Verino?

R. Podría ser una buena manera de garantizar una mejora del proyecto. No nos lo hemos planteado, pero eso no quiere decir que no lo vayamos a hacer. Nosotros buscamos alianzas. Si surge en algún momento una oportunidad con planteamientos inteligentes, ¿por qué vamos a decir que no?

P. ¿Y la moda gallega? ¿Cómo afronta la crisis? ¿Está unida?

R. Somos tan heterogéneos que hablar de unidad es complejo y difícil. Sí es verdad que tenemos una asociación, de la que soy fundador, que intenta que la administración nos ayude. Pero deben ser ayudas centradas en el fomento del consumo, no en la producción. Para mí, ahora, lo más preocupante es no saber cuál es la realidad de esta crisis. Ni hay unidad para hacerle frente, ni nadie es capaz de decir cuándo va a acabar. Lo que tiene que hacer la administración es que las entidades financieras cumplan. Y ahora mismo las ayudas que les han dado no han ido en la dirección correcta.

P. ¿Está el problema en las entidades financieras solamente?

R. Un sistema como el nuestro debe estar bien engrasado. Y esa es una de las patas que no funcionan. Mucha gente se queja de que cuanto acude a una entidad en busca de financiación lo primero que escucha es un "no".

P. ¿Cuáles son los problemas del textil ahora?

R. Debemos buscar lo que nos une, que es mucho más que lo que nos separa. Pero, en el fondo, cada uno tiene sus dimensiones, y en función de ello su problema. Soy un convencido de que la clave en este momento es la marca y contar con una distribución propia.

P. La patronal textil se ha quejado de que las ayudas de la Xunta para el sector no llegan, como en el caso de la automoción.

R. La asociación se convirtió en una especie de lobby, pero no creo que sea el objetivo considerar que la administración deba ser quien resuelva los problemas de cada una de las empresas. Por pedir, pedimos todos.

P. Pero ahora es cuando más se clama por el papel del Estado en la economía.

R. Cuanto más lejos de la administración, sea cual sea, mejor. Una estrategia empresarial no puede depender de que la administración la apoye o no. Eso es un espejismo. La administración debe limitarse a regular.

P. ¿Puede precipitar la crisis la unidad en el sector?

R. Lo inteligente sería aprovechar estructuras comunes. A mayores, hay que apelar a la imaginación más que nunca. Estamos obligados a ello. La crisis, en ese sentido, apunta hacia la unidad. Habrá oportunidades, creceremos con mayor rigor en una época como ésta. Debemos buscar alianzas incluso con otras empresas de moda; estoy convencido de que eso nos reforzará.

P. Muchas empresas gallegas buscan ya la rentabilidad por tienda. La que no genere beneficios se cierra y punto.

R. Nos lo tenemos que plantear. Es cierto que en estos momentos la tienda que no sea rentable es un despilfarro y no nos lo podemos permitir. En algunos casos, es una cuestión de ubicación, de oportunidad, pero quizá tendremos que plantearnos cuáles son las tiendas que aportan imagen y recursos y cuáles son un exceso. Este año nos vamos a enfrentar a ese ejercicio.

P. Adolfo Domínguez, Caramelo, Montoto, Toypes, Kina Fernández... Son muchas las empresas con problemas. ¿Qué le pediría a la Xunta?

R. La presencia de Xesgalicia para apuntalar proyectos y soluciones para muchas empresas, con decisiones muy profesionalizadas, quizá pueda contribuir.

P. ¿Cuáles son sus previsiones de ventas para este año?

R. Nosotros llevábamos creciendo un 20% en facturación todos los años. Éramos un velero de competición. Este año que acabamos de cerrar la caída ha sido de un 9%, lo que supone un fuerte retroceso en comparación con otros ejercicios. Nuestras previsiones para este 2009, en el peor de los escenarios, el más negativo, son de una caída del 20% en ingresos, pero por ahora estamos bastante lejos.