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Reportaje:

Richards Rogers, en vivo y en maqueta

Caixafòrum acoge una exposición sobre el trabajo del estudio del arquitecto

Es un showroom interesante y colorista, marca de la casa, que ocupa, hasta el 7 de junio, una de las grandes naves de Caixafòrum Barcelona. Está casi a medio camino de las dos grandes obras que ha realizado Richard Rogers en Barcelona. Por la Gran Via hacia el aeropuerto (camino, tal vez, de su famosa T-4 en Madrid), el hotel Hesperia, y por la misma avenida pero en dirección contraria, la plaza de las Arenas, que hacia finales de este año quedará reconvertida en un complejo lúdico y comercial. Es posible ver y opinar, pues, de la obra del arquitecto británico en vivo y en directo, y además conocer las grandes líneas que han marcado su trayectoria a lo largo de los años en la exposición a través de planos, maquetas, dibujos y fotografías. Organizada y comisariada por el propio estudio de Rogers, la exposición arrancó en 2007 en el Centro Georges Pompidou de París, junto al edificio Lloyd's de Londres una de sus obras más emblemáticas, realizada en colaboración con Renzo Piano. Después, inició una gira que se prevé larga.

Viejo conocido de Barcelona (fue uno de los asesores de Pasqual Maragall en su etapa de alcalde), Rogers no actúa como el arquitecto estrella que es (obtuvo el Premio Pritzker en 2007) y parece realmente afectado por el vendaval de la crisis actual, que, señala, "ha golpeado de forma especial a los arquitectos". Estos días ha anunciado que despide a 35 de las 170 personas que trabajan en su oficina de Londres. "Ha sido la decisión más triste que he tenido que tomar en toda mi trayectoria, porque siempre he creído en los equipos y considero que el nuestro era como una comunidad", comentaba ayer.

De momento, explica, aún no han decidido nada sobre la situación de su oficina en Madrid, desde la que se dirigen las muchas obras que el estudio está realizando en España, desde el plan de urbanización en el centro de Valladolid de 90 hectáreas ganadas gracias al soterramiento de las vías del tren, a la construcción del parque empresarial de la empresa Abengoa en Sevilla. "La mayoría de los trabajos del estudio no se han anulado ni detenido, pero muchos están al ralentí, por lo que no podemos mantener a la gente durante este tiempo indefinido esperando que vuelvan a ponerse en marcha".

El cambio de tendencia ha sido muy rápido, recuerda Rogers, que plantea dos tipos de propuestas. "Por una parte, intentamos convencer al Gobierno de que no basta con intentar salvar a los bancos, sino que hay que invertir en el sector público, en mejoras de las vías de transporte, en medio ambiente, en escuelas, en energías renovables... Obama ha dicho que lo hará y Roosveelt lo hizo. Tenemos ejemplos y es importante invertir en el futuro para cambiarlo". Por otra parte, añade, hay que modificar y mejorar el sistema actual de funcionamiento de los contratistas y promotores, que no tienen en cuenta las necesidades reales de la gente.

La crisis, indica este arquitecto pionero en la reivindicación de una arquitectura sostenible, puede servir para acelerar algunos cambios, como el uso de los elementos prefabricados en las viviendas, lo que abarata costes (hay varios ejemplos interesantes de sus propuestas en la exposición), y mantener la apuesta decidida por la ciudad compacta que permita al máximo el uso del transporte público.

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