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El PP hará ocho manifestaciones más

El diálogo del pacto por el empleo se inicia hoy con un clima crispado

"Sin gritos y con voz firme vamos a seguir clamando en las calles de Andalucía, que son de todos". Así puso punto final ayer a su discurso Javier Arenas en un acto de su partido para conmemorar el segundo aniversario del nuevo Estatuto de Autonomía. La concentración del domingo en Málaga contra el paro -muy criticada por la Junta, PSOE e IU al no lograr el aforo anunciado: la Subdelegación del Gobierno habló de 13.000 personas en lugar de 50.000- al líder del PP le ha sabido a poco y anunció ocho más, tantas como provincias hay en Andalucía. "¿Para qué? ¿Por qué?", se preguntó retóricamente, y se respondió: "Primero, por la libertad, porque es nuestro deber y nuestro derecho, y porque la democracia brilla por su ausencia".

Arenas: "Salimos a la calle por la libertad y porque es nuestro derecho"
Zarrías: "Andalucía en primavera es muy dada a las romerías: estas no desentonan"

En el PP ha sentado muy mal la evaluación que ha hecho la Subdelegación del Gobierno del acto de Málaga (que coincide con el recuento que ha efectuado EL PAÍS) y la reacción de Arenas se interpreta como una especie de huida hacia adelante y un desafío a los socialistas: no quieres sopa, dos tazas. De hecho, a los cuadros medios del partido, y a algún que otro dirigente cualificado, ni se les pasaba por la imaginación el lunes la posibilidad de nuevas manifestaciones por el denodado esfuerzo que supone fletar autobuses o prender y reclutar a la militancia.

Según confesó el propio Arenas, a los presidentes provinciales se lo dijo a bote pronto justo antes de subirse al atril. La expresión de los afectados no era precisamente de satisfacción. Aunque el popular mencionó también la manifestación de IU en Sevilla (celebrada el 1 de febrero), la viabilidad de una acción unitaria, aunque coincidan en objetivos, es sencillamente descabellada, dijeron desde la federación de izquierdas.

La respuesta del Gobierno andaluz al nuevo envite rayó en la mordacidad. "En primavera, Andalucía es muy dada a las romerías, y ocho más no desentonan ni van a ensombrecer la tradición", comentó Gaspar Zarrías, vicepresidente primero, quien habló en varias ocasiones del "fracaso" de la manifestación de Málaga". El socialista ironizó sobre las invocaciones de Arenas "al clamor de la calle" el "sentir del pueblo" y la "Andalucía real" y les llamó "excusas de mal perdedor" y "montaje para horadar al Gobierno".

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En este clima, tras la descalificación del PP del documento que ha entregado el Ejecutivo, la eventualidad de sellar un pacto por el empleo parece cada vez más lejana. Las versiones de y uno y otro sobre lo poco hablado hasta ahora son completamente opuestas y la secuencia de quién llama a quién y tiene la iniciativa es ya una maraña perfecta. En cualquier caso, Zarrías avanzó que los grupos parlamentarios ya han sido llamados a capítulo para comenzar las reuniones, bajo la responsabilidad del vicepresidente segundo, José Antonio Griñán, aunque el peso lo llevará el secretario general de Economía, Antonio Ávila. Hoy mismo habrá una reunión, confirmó la Consejería de Economía, en la que estará Griñán (aunque sólo al principio) y los parlamentarios Angel Gallego, (PSOE), Carolina España (PP) y Pedro Vaquero (IU). Zarrías dijo en tono de advertencia que la transparencia será máxima.

El segundo gran desencuentro de ayer fue en torno al reformado Estatuto de Autonomía. El PP había organizado un seminario para conmemorar su segundo año de vida, pero no salió muy bien parado en boca de Arenas. Recordó una vez más que no hacía falta su reforma, que el PP se vio obligado a intervenir para impedir que el texto redactado por PSOE e IU fuera inconstitucional y concluyó que su desarrollo ha sido nulo. Respecto al tiempo y el esfuerzo gastado en su reforma, aún fue más tajante: "El balance de la legislatura perdida en su reforma, y las dos anteriores, en la segunda modernización, son 850.300 parados".

La prueba de la inutilidad del Estatuto y el olvido por parte de la Junta, según Arenas, es que sólo se han aprobado dos leyes de las 40 anunciadas para su desarrollo y que ni en financiación ni en lo que respecta a la deuda histórica se ha cumplido nada.

El Gobierno, sin embargo, califica con un "notable alto" el desarrollo del Estatuto, pues desde el referéndum, del que hoy se cumplen dos años, se han aprobado 19 leyes, y eso que ha habido por medio unas elecciones autonómicas. También destacó Zarrías las inversiones del Estado según el criterio de población y el traspaso del Guadalquivir. Otras tres leyes están en la fase final de su aprobación: muerte digna, inclusión social o derecho a la vivienda.

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