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Reportaje:ESCENA | La semana por delante

Prestigio del teatro alternativo

Cualquier espectador de teatro reconoce el prestigio del teatro alternativo. Otra cosa es que al elegir un título de la cartelera la decisión pase por encima de los grandes nombres que encabezan repartos, de los impecables teatros públicos, de los títulos de innegable tirón... En esa desigual competición siempre pierde el pequeño. Sólo en tamaño. Y no elegirle puede ser una verdadera lástima. Se corre el riesgo de no conocer a pie de obra cuál es el teatro del futuro, por dónde van los nuevos lenguajes y tendencias y quiénes son los talentos emergentes, a veces muy grandes, cuya forma de expresión no pasa por los circuitos oficiales del teatro comercial, privado o público.

Un ejemplo lo tenemos en la Cuarta Pared, decana de las salas alternativas madrileñas, que acoge lo último del dramaturgo, director y videoartista Antonio Fernández Lera. Su espectáculo Memoria del jardín es otro producto de la compañía Magrinyana, que en la última década nos ha regalado varias pequeñas joyitas. El espectáculo, un relato a tres voces para reflexionar sobre las palabras y los objetos, como si fuera un juego de espejos entre la realidad y el deseo, cuenta con Ana Buitrago y Celso Giménez en escena, con Gonzalo Cunill en imagen y con Carlos Marqueríe como responsable del espacio escénico e iluminación.

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