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Reportaje:

Dos millones de kilos de uva de la suerte

La técnica artesanal sitúa al Vinalopó a la cabeza de la producción europea

El consumo de uva de mesa embolsada del Vinalopó con motivo de la noche de fin de año se mantiene estable en los últimos años. El Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó estima que la noche del próximo 31 de diciembre los españoles consumirán entre 1,5 y dos millones de kilos de uva, una cifra similar a la del año pasado. Una fruta que, pese a ser característica de la época otoñal, se obtiene gracias al microclima del que gozan las poblaciones productoras de la comarca alicantina del Vinalopó, y a la aplicación de un sistema de maduración tardía, único en el mundo. La técnica del embolsado en papel permite retrasar la maduración de la variedad Aledo, nombre adoptado de la ciudad murciana de la que es originaria. De esta manera, se consigue que lleguen frescas hasta finales de diciembre. La técnica del embolsado comenzó a aplicarse en los años veinte para proteger a la vid de una plaga que azotó a las plantaciones de la provincia de Alicante. Casi un siglo después, la técnica sigue siendo artesanal y se aplica exclusivamente en esta comarca.

La producción total de la comarca llega este año a los 41 millones de kilos

Actualmente, la comarca del Vinalopó es de los últimos reductos de Europa donde se cultiva la uva de mesa embolsada. De hecho, su cotización empujó a algunas poblaciones, como Novelda y Asp, a la creación, hace seis años, de patrullas rurales ante las oleadas de robo.

Este año, la cosecha alcanzará una producción de 41 millones de kilogramos, según apuntó el secretario general de órgano regulador, Luis González. Su presidente destacó la buena calidad de la producción de este año.

Desde hace una semana, las cooperativas alicantinas trabajan a destajo -las jornadas se alargan desde las siete hasta las 23 horas- para envasar los racimos. El proceso de elaboración también es manual y está desarrollado mayoritariamente por mujeres.

La tradición de tomar las 12 uvas en Nochevieja se inició en 1909 como medida para dar salida a los excedentes de producción de fruta de ese año.

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