_
_
_
_
_
Crónica:Copa del Rey
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Atlético se asoma al vacío

Los rojiblancos naufragan ante el Orihuela y Coupet evita la prórroga en el último instante

Allá por el minuto 92 a Brenes le dio por lanzar con todo desde fuera del área, con la consecuencia de que el balón golpeó en un defensa y salió escupido hacia la portería del Atlético. Iba dentro el disparo, rotundo, veloz, al palo derecho de Coupet. Hacia allí se estiró el francés, que sacó una mano prodigiosa para evitar el gol, la prórroga, un escarnio aún mayor para un Atlético que jugó con fuego, que no se quemó de milagro pero que achicharró el ánimo de quienes se asomaron al Calderón. Y que despidieron la jugada, y el partido, con una pañolada.

Que el Atlético no está para grandes empresas era archiconocido. Lo que se ignoraba era que tampoco estuviera para trámites. Un trámite, y por lo visto un engorro, era la visita del Orihuela, un segunda b al que ya había derrotado en la ida (0-1). Se suponía que podía vivir el Atlético una noche plácida, casi un entrenamiento, una de esas contadas ocasiones en las que los menos habituales podían enseñar sus virtudes. En suposición se quedó todo ello. Lejos de variar su ideario, Aguirre siguió a lo suyo (que innoven otros, debió pensar) y no varió un ápice su sistema táctico, colocando a Sinama con Forlán en el ataque dado que, como es bien sabido, alguna ley impide de un tiempo acá que en el equipo titular coincidan Forlán y Agüero. Pero no dejaba de tener su lógica que el entrenador mexicano no alineara juntos a sus dos mejores jugadores. Al fin y al cabo se trataba de una empresa sencilla, un partido casi de relleno. Otra suposición. Aterrorizados salieron los cerca de 10.000 valientes que hasta el Manzanares se acercaron.

ATLÉTICO 0 - ORIHUELA 0

Atlético: Coupet; Seitaridis, Pablo, Domínguez, Pernía; Camacho; Luis García (Maxi Rodríguez, m. 70), Éver Banega (Simao, m. 76), Miguel de las Cuevas (Maniche, m. 59); Forlán y Sinama-Pongolle. No utilizados: Bernabé; y Alex Quillo.

Orihuela: Burgada; Pablo, Benja, Iker Guereñu (Pereira, m. 71), Fleky (Inarejos, m. 63), Kily; Juanjo Martínez (Brenes, m. 59), Navarro, Villa; Tevenet; y Espadas. No utilizados: Tato; y Marcos.

Arbitro: Turienzo Alvarez . Amonestó al local Miguel de las Cuevas (m. 28) y al visitante Benja (m. 84).

Unos 10.000 espectadores en el Vicente Calderón. El Atlético pasa a octavos de final de la Copa del Rey.

Y eso que el Atlético quiso marcar el territorio desde el inicio. Incluso amenazó con dejar resuelto el embrollo en un suspiro. Acumuló varias ocasiones, casi todas con Sinama de protagonista, que se fueron al limbo sin hacer daño ni ruido. Así las cosas, el Orihuela se sintió legitimado para crecer. Porque el Atlético dominaba con una timidez sangrante. Un suspiro le duraba el balón en los pies, por mucho que Banega se inventara unas cuantas correrías que murieron en la orilla. Coupet comenzó a dejarse ver. Se lanzó a los pies de Tevenet evitando un regate mortal y sacó un remate tras un córner que sólo podía ser gol. Y la gente, que ha perdido la paciencia, comenzó a hacerse oír. Los silbidos ahogaban el juego, es un decir, del Atlético, que se fue apagando mientras comenzaba a temblar. Y el Orihuela se vio, de golpe, ante la oportunidad de su vida. Pero Coupet sacó aquella mano y derrumbó sus esperanzas poco antes de que el público despidiera a los suyos, con Aguirre al frente, con una pañolada que a más de uno le levantará dolor de cabeza. Como el partido.

Forlán, tras una ocasión fallida.
Forlán, tras una ocasión fallida.LUIS SEVILLANO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_