En un cayuco a la deriva
Un periodista navega con los inmigrantes clandestinos
Dominique Mollard tardó 25 meses en conseguir subirse a un cayuco. Como tantos otros quería viajar desde África y alcanzar España. Pero él no es africano sino francés, y no huía de la miseria. Es periodista. Tras 20 falsas salidas y tres estafas logró colarse entre 39 subsaharianos en un cayuco que salió desde Mauritania con destino a la isla del Hierro.
Su penosa experiencia, plasmada en el documental Destinos clandestinos, será emitido esta noche por La Primera (23.45). Después del reportaje, que dura una hora, Pepa Bueno, directora y presentadora de Los desayunos de TVE, entrevistará a su autor y a una de las mujeres que formaron parte de la expedición, que participará desde su actual residencia en Rabat (Marruecos).
"El viaje duró tres días y tres noches" contó ayer Mollard por teléfono. La esperanza de llegar a España comenzó a desvanecerse cuando el motor se estropeó. "Mientras la máquina funcionó cada uno ansiaba sólo cubrir sus necesidades: dormir, comer, no pasar frío... Cuando se paró comenzó el miedo". Entre los tripulantes viajaba, además, un bebé.
¿Y en esa situación, cómo aceptó la tripulación que hubiera una persona grabando? "Creo que no se lo preguntaban, estaban más preocupados por otras cosas. Además, yo iba bien preparado para el viaje, sé navegar y mi experiencia fue valiosa. Por eso conseguí ganarme su confianza".
Tras viajar a la deriva durante un día, un gigantesco petrolero ruso avistó y asistió la frágil embarcación. "Los adultos trepamos por una escalera, el bebé subió en un cubo asqueroso tirado por una cuerda". Nunca llegaron a Canarias. El barco les dejó en Dajla, en el Sáhara Occidental.Televisión