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Tres hombres dan una paliza a dos vigilantes de parquímetros

CC OO ha registrado más de 50 denuncias de agresiones en el último año

"Tres tíos me cayeron encima y me dieron bien". Tan bien que Diego Enrique Ortega Valdez, dominicano de 54 años, tiene múltiples hematomas en la cara y la cabeza, el tabique nasal inflamado, y un ojo cerrado y desfigurado. Además, se le mueven cinco dientes y se le aprecia un corte en la oreja. Y "mucho dolor en una pierna", añade. Diego Enrique fue "brutalmente agredido" a la 13.30 del jueves en el número 8 de la calle de las Islas Bermudas (distrito de Fuencarral). La paliza se la propinaron tres españoles. Uno se dio a la fuga y dos fueron detenidos y puestos en libertad poco después.

Su culpa: ser vigilante del Servicio de Estacionamiento Regulado (SER). Diego lleva nueve meses trabajando para la Ute-Eva, concesionaria de la zona cuatro, una de las más conflictivas, tanto, que patrullan por parejas. "Nunca había tenido una trifulca", dice, hasta que se acercó a un Hyundai "sin tique ni distintivo de residente". No multan a la primera, asegura, sino que apuntan la matrícula y dan un margen de 10 minutos. Iba a anotar el número cuando "el dueño salió del portal vociferando e insultando".

"Empezó a pincharme con la llave, me revolví y logré zafarme, pero me vinieron dos más por detrás", cuenta. Entre los tres le pegaron "una tunda de palos" hasta que cayó al suelo, donde le patearon la cara. "Iban a hacer mucho daño", sostiene Ana María Zurdo, de Comisiones Obreras, sindicato que hizo público el caso.

La compañera de Diego acudió a socorrerle y recibió a cambio un puñetazo. A la mujer, de 49 años y que ha preferido no hablar, le diagnosticaron una contractura cervical, se le mueven algunos dientes, y tiene la boca y la nariz hinchadas. Pero tuvo tiempo de pulsar el botón antipánico o de emergencia, que llevan incorporado en las agendas electrónicas y que avisa a su centro de control. Les atendió el Samur, que los trasladó a urgencias del hospital La Paz. Los dos han denunciado lo sucedido en la comisaría de El Pilar.

Un día después, Diego está de baja y teme por su ojo, aunque parece que podrá ver. Volverá a trabajar "con más fe que ahora", asegura.

La UGT y CC OO denuncian que "no es un hecho aislado", ya que los controladores sufren agresiones verbales "a diario". En cuanto a las físicas, Comisiones tiene más de 50 denuncias desde octubre de 2007, y UGT, más de 100 desde marzo de 2006; de ellas, tres graves desde agosto: una mujer a la que golpearon con una barra de hierro, otra a la que le dieron un bofetón y una más con un puñetazo. Reclaman "más medios policiales y más implicación" de las concesionarias y del Ayuntamiento. De no ser así, acabará sucediendo "algo irremediable".

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Una portavoz de Movilidad del Ayuntamiento, que califica los hechos de "absolutamente intolerables", sostiene, en cambio, que "agresiones tan graves no son habituales". La patronal del sector de los parquímetros también niega las cifras de los sindicatos y habla de unas diez agresiones al año.

El servicio ha sido suspendido temporalmente en la zonaVídeo: AGENCIA ATLAS

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