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Reportaje:

Primeros rotos en la moda gallega

Verino: "El problema para crecer es encontrar quién financie tu expansión" - La crisis obliga a muchas empresas textiles a salir al mercado internacional

Roberto Verino celebra sus bodas de plata en el mundo de la moda haciendo más números que nunca. "Ya no es el riesgo que asumes al endeudarte, sino las nuevas condiciones, mucho más duras, de los bancos con los que trabajas. Tenemos dificultades para crecer porque estos no son los mejores tiempos para encontrar amigos que puedan estar interesados en financiar tu expansión". Sus palabras suenan a lamento. Y no precisamente porque la suya sea una situación crítica. "Hasta el momento no nos hemos visto en la obligación de cerrar tiendas por haber caído su rentabilidad", apunta.

El diseñador orensano mira a su alrededor y ve un mercado nacional con los días contados. Levanta la vista y sus nuevos objetivos se pierden por México, Rusia y Extremo Oriente. "Necesariamente ha de ser así", explica, "ya que aunque consideramos que el mercado nacional aún nos permite cierto margen de crecimiento, las previsiones para los próximos años desaconsejan hacerse ilusiones".

Los resultados netos de Adolfo Domínguez bajan un 72,6%
Caramelo afronta una reestructuración con cambios incluso accionariales
La asociación del textil reconoce que lleva años de ajuste de plantillas

El ritmo de apertura de tiendas de Roberto Verino viene a ser un buen indicador de cómo está el sector: si el año pasado fue un nuevo establecimiento en el centro comercial de Arturo Soria, en Madrid, y seis corners en otros tantos de El Corte Inglés repartidos por España, la firma que dirige tiene previsto cerrar 2008 con otra tienda, esta vez franquiciada, en Huelva, y un nuevo outlet en Allariz.

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Al mercado internacional también mira Adolfo Domínguez, sobre todo Brasil, siempre con franquicias, es decir, compartiendo riesgo, pero en el balance del 2008 quedará ya para la compañía alguna pequeña herida. Los mercados alemán y británico son un ejemplo de su política de ajustes. Aun así, el saldo de aperturas es positivo; es decir, abre más de las que cierra.

Cotizar en Bolsa, donde Adolfo Domínguez ha caído en lo que va de año un 67%, requiere un ejercicio de transparencia que en el caso del modisto orensano deja al aire muchas evidencias: sus resultados netos consolidados, a 1 de junio, descendieron un 72,6% respecto al 2007. Sus ventas se resintieron mucho menos: 38,26 millones de euros, que suponen un descenso del 5,61%. La compañía tiene un diagnóstico, que apunta directamente a la salud de su red comercial. "El incremento de costes más notable", señala a la CNMV, "se produce en aquellos gastos que están directamente relacionados con tiendas y que aumentan como consecuencia del número de las abiertas en estos meses, siendo las partidas más significativas los arrendamientos, gastos de personal y amortizaciones".

En A Coruña, Caramelo, otro histórico, se encuentra en una reestructuración que, según fuentes cercanas a la empresa, les llevará a cambios en la organización, en el consejo de administración e incluso accionariales. La compañía, que no descarta desprenderse de tiendas en ubicaciones como la del Paseo de Gracia de Barcelona si encuentra comprador, ultima la incorporación de un nuevo director general. Jacobo García Anduiza, consejero delegado desde finales de 2006, ha abandonado la firma, que negocia la incorporación de Fernando Maudo, uno de los primeros ejecutivos de Coronel Tapioca.

Inveravante, el holding de Manuel Jove, y la Xunta, a través de Xesgalicia, suman un paquete del 45% del capital de Caramelo. Actualmente, el ex presidente de Fadesa está implicado directamente en la reestructuración de la compañía, según señalan fuentes cercanas a la empresa. Las ventas de la Caramelo permanecen estancadas en 73 millones de euros desde 2006, mientras que su beneficio antes de impuestos ya arrojaba ese año unos números negativos superiores a los 9,2 millones.

Desde la patronal textil vaticinan el fin del formato multimarca, es decir, establecimientos independientes donde se comercializa moda de diferentes diseñadores. Responsables de la asociación, que integra compañías como Adolfo Domínguez, Kina Fernández, Toypes, Roberto Verino, Pili Carrera, Selmark, Florentino, Caramelo, Montoto o Jealfer, señalan que "las empresas llevan años ajustando sus plantillas" para sortear la crisis de consumo interno.

Ante esta situación, la Xunta ha activado mecanismos para facilitar la travesía en el desierto. Si en enero Industria aprobaba un sistema de ayudas por dos millones de euros para internacionalizar el sector, ahora es Traballo el encargado de un plan para amortiguar los expedientes de regulación de empleo de muchas pequeñas empresas del sector, subcontratistas de grandes grupos. Su importe, 200.000 euros, no ha cubierto de momento el objetivo pretendido.

El sector se encuentra a la espera de concretar con la Consellería de Industria un nuevo paquete de ayudas, dentro del acuerdo por la competitividad de junio, "pero todavía no se ha activado y tampoco se ha concretado su dotación económica", lamentan desde la Asociación Textil de Galicia. Dificultades para acceder a créditos, cambios en los hábitos de consumo, efectos de un boom inmobiliario que les ha llevado a pagar alquileres caros, cierre de las primeras tiendas... Son ya muchos los rotos y demasiadas las incógnitas para la moda gallega.

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