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Reportaje:

Los conflictos invisibles

El Cecop Social atiende 302 casos y a 693 personas en su primer año

Hace dos semanas, a un joven matrimonio, de 26 y 25 años, le robaron sus maletas nada más llegar a Málaga. En una de ellas llevaban 1.900 euros, los ahorros de toda su vida. Los chicos, Juan y Estela, venían de Vallecas porque la vida en Madrid se les hacía demasiado cara. "Nos dijeron que en Andalucía los alquileres eran más asequibles". Y pusieron rumbo al sur. La Policía Local de Málaga los encontró deambulando por la calle y les envió a Sevilla. Sabían que en la capital hispalense existía un servicio, el Cecop Social, encargado de casos especiales que no son competencia directa de nadie. Ésta fue una de las 302 intervenciones que el Centro de Coordinación Operativa (Cecop), en su rama social, ha atendido desde su creación hace poco más de un año. En total, 693 personas. Entre ellas Juan y Elena, que fueron alojados en un hostal del centro.

Se ayuda a víctimas de robo, incendios, deshaucios, malos tratos, enfermedad...
"Echamos un cable a quien lo necesita, todos los días, a cualquier hora"

"La policía, los bomberos, la Guardia Civil y el 112 hacen un excelente trabajo pero la gente, tras resolver la emergencia, se queda sola", explica Nieves Hernández, ex delegada de Convivencia y Seguridad. Ella comenzó este proyecto, a petición del alcalde de Sevilla, junto con Ana Gómez, delegada municipal de Bienestar Social. "Echar un cable a cualquier hora del día y de la noche", lo simplifica Rafael Pérez, director del Cecop Social que funciona las 24 horas del día los 365 días del año.

Juan y Estela estaban en paro. La obra en la que él trabajaba había terminado y no encontraba nada. "Yo sé hacer de todo.Pero las cosas están muy mal", cuenta Juan. Partieron con las esperanzas puestas en Andalucía y con sus tres hijos de la mano, todos menores de 5 años. Tras el robo, los jóvenes, que se conocieron en la escuela, no sabían dónde acudir. No tienen familia, ni dinero, ni ropa. Y andan perdidos.

La función del Cecop la resume Hernández con un ejemplo: "Si se produce un incendio, los bomberos apagan el fuego y la policía investiga si hay delito. Cuando se marchan, las personas afectadas tienen que ir a algún lado y muchas veces no tienen dónde. Nosotros les ofrecemos un psicólogo, les llevamos donde sea". Desde agosto de 2007 hasta septiembre de 2008, se atendieron a 137 personas sin recursos.

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"Yo sólo pienso que tengo que encontrar comida para mi bebé", decía Estela, llorando, tres días después de llegar a la capital. Viste un chándal negro, ajustado. "Llevo con la misma ropa una semana. ¡Mírame!", pedía mientras cogía al niño en brazos. Sus dos hijas, muy rubias, se divierten jugando entre ellas. Dicen que en Vallecas iban al cole y que quieren volver. El hostal donde se hospedan ha firmado un convenio con el Cecop, uno de los 97 expedientes de hospedaje de este año.

"Un día nos avisaron de que un chico con síndrome de Down estaba desorientado por las calles de Sevilla", recuerda Gómez. "El chico cogió un tren equivocado en Lebrija. Estaba nervioso", explica. El Cecop contactó con la Asociación Apoyo de Personas con Retraso Mental (Aturem). Su directora recuerda aquel día de junio: "Estaba en casa. El Cecop me llamó y no pude menos que echar una mano. Tranquilizamos al chico y esperamos que localizaran a su familia", resume. Un hombre de Granada, de 42 años y con problemas mentales, también caminaba desorientado en septiembre de 2007. Decía que está buscando al presentador de televisión Juan y Medio. Le habían dicho que vivía en la capital. El Ayuntamiento gestionó su vuelta a casa y pagó el billete de tren.

Los casos son de todo tipo: personas muy mayores solas, enfermos de esquizofrenia que no se medican, ancianos con síndrome de Diógenes, extranjeros a los que roban, malos tratos, inmigrantes amenazados. Pérez cuenta que ayer, sin ir más lejos, aparecieron dos mujeres de Estonia cerca de la catedral. Les habían robado. "Buscamos un lugar donde hospedarlas y nos pusimos en contacto con la embajada", contaba Rafael Pérez. Entre los españoles, hubo 150 personas atendidas.

A Rocío, de 40 años y tres hijos, se le cayó la casa encima en febrero. Literalmente. Pasó más de un mes en un hostal. "Si no es por esta gente, me hubiera muerto", agradece al Cecop. En su sede del centro de Sevilla, el ambiente es distendido entre los 14 operadores y los cinco trabajadores sociales. El presupuesto para 2009, ahora con un nuevo delegado, Alfonso Mir, roza el medio millón de euros. "Es más del doble que el del año pasado", celebraban ayer desde el Cecop.

Juan, Estela y sus tres hijos están siendo asesorados por los servicios de menores. Ayer seguían en el hostal, pensando qué hacer, si regresar a Madrid o no.

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