_
_
_
_
_

Más mujeres en las policías locales

La media de la plantilla femenina supera la de otros cuerpos de seguridad

Las mujeres siguen siendo minoría en las policías locales de Euskadi: la media en las seis localidades de mayor población de cada provincia ronda el 12%, según un sondeo realizado por este periódico. Aunque su presencia en algunos ayuntamientos es casi anecdótica, la media supera la que registra la Ertzaintza y la Guardia Civil de Euskadi. En la policía autonómica, las féminas representan el 9,92% de sus 7.750 efectivos (antes de la graducaicón de la última promoción), mientras que en el instituto armado tan sólo alcanzan el 6,6% de 2.766 agentes, según fuentes de ambos cuerpos.

San Sebastián duplica el número de mujeres agentes que tiene Bilbao

Por capitales, las guardias urbanas de San Sebastián y Vitoria elevan el promedio general con el 18% (72 mujeres sobre 400 efectivos) y el 14,6% (54 mujeres sobre 368), respectivamente. En Bilbao, el porcentaje se queda en el 7,1% (53 sobre 745). En la Policía Municipal de Madrid, las mujeres representan el 12,3% de la plantilla, mientras que en la Guardia Urbana de Barcelona suponen el 10,4%, según datos de diciembre de 2007.

Como en la mayor parte de las ocupaciones, tampoco en ésta las mujeres copan los puestos de mayor responsabilidad. Todos los jefes de los cuerpos municipales de Euskadi son hombres, salvo en la localidad vizcaína de Abadiño y en la guipuzcoana de Zarautz, que tienen al frente a sendas mujeres.

De los ayuntamientos de mayor población, el guipuzcoano de Mondragón es el que porcentualmente más agentes femeninos mantiene, nueve sobre una plantilla de 26. Idoia, agente primero, ocupa el segundo cargo en el escalafón de este cuerpo. Lleva doce años como policía local y asegura que nunca se ha visto marginada por razones de sexo o eximida de realizar tarea alguna por ello. "Yo creo que incluso la gente nos tiene más respeto a las mujeres que a los hombres, porque parece que tenemos una capacidad distinta de convencer, de calmar y de arreglar las cosas", opina. En ocasiones, explica, las patrullas las forman parejas de dos mujeres en Mondragón.

Como jefa desde hace dos años de la Policía Municipal de Abadiño, Izaskun Irazola tampoco cree que su género le haya supuesto obstáculo alguno a nivel laboral. De hecho, es la única mujer en una plantilla formada por siete personas. Sólo echa de menos un cambio en algunos formalismos. "Todas las cartas que llegan a la policía se dirigen al jefe o al director, y nunca a la jefa", se lamenta.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La idea de que no se producen distinciones a la hora de encomendar tareas a hombres y mujeres es defendida por otros mandos policiales. Los jefes de las policías locales de Llodio, Basauri e Irún consideran que la única diferenciación se produce en los registros corporales, que por ley deben ser efectuados por individuos del mismo sexo que la persona inspeccionada. También la atención de las víctimas de maltrato o agresiones sexuales suele recaer en las féminas, aunque en este caso la excepción viene justificada por el presunto reparo de la denunciante a sincerarse con un hombre. "Una mujer que ha sido agredida se abre con mayor facilidad ante otra mujer", considera Teo Zuloaga, ertzaina en excedencia y desde octubre de 2007 jefe de la Policía Municipal de Irún.

El máximo responsable policial de la Guardia Urbana de Llodio, Antón Soroluce, reconoce que la fuerza física, consustancial al género masculino, "es un añadido". Pero afirma que la calle manda y, ante cualquier eventualidad, "todos y todas tenemos que arrimar el riñón por igual". Para él, tanto o más importante que la capacitación física de los agentes es su conocimiento sobre la legislación y la normativa en las que se apoyan las actuaciones policiales como garantía de un trabajo bien hecho.

La excepción a la presencia mayoritaria de hombres en los cuerpos locales es el pequeño municipio guipuzcoano de Orio, cuya policía está integrada por siete mujeres y seis varones. Pese a ello, la agente Yolanda Agote observa que a una parte de la población le cuesta identificar como autoridad a un rostro femenino y algunos se ponen "más gallitos" si quien les sanciona es mujer. Pero considera que el sexo no marca diferencias a la hora de lidiar con un vecino enojado.

César Pérez, presidente de la Asociación de Jefes de la Policía Local de Euskadi, valora que el número de mujeres en plantilla en los cuerpos municipales es "directamente proporcional" al de las que concurren a las pruebas selectivas. Para incrementarla, apuesta por medidas de discriminación positiva en las ofertas públicas de empleo y recuerda que el Ayuntamiento de Amorebieta tiene reservada una plaza a mujeres.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_