Una peligrosa inyección de dinero
A los inversores les gusta cómo suena la creación de un gran fondo público estadounidense para absorber activos financieros malos a expensas de los contribuyentes. Pero el posible modelo, la Resolution Trust Corporation (RTC) de la década de los noventa, exigía un planteamiento fiscalmente disciplinado y una gestión no partidista. También necesitó seis meses para crearse, sin elecciones de por medio.
Uno de los problemas de ese modelo es la sincronización. La actual crisis se estaba convirtiendo en pánico, al menos hasta el jueves por la tarde. La crisis de las cajas de ahorro de finales de la década de los ochenta en Estados Unidos ardía a fuego lento. Desde el anuncio de la creación de RTC por el entonces presidente George Bush hasta su aprobación en el Congreso transcurrieron seis meses. Y eso sin que hubiera unas elecciones presidenciales, después de las cuales un nuevo Gobierno podría significar la anulación de todas las apuestas.
Quizá Hank Paulson, encargado del Tesoro estadounidense, piense más en conseguir una competencia delegada para que él o la Reserva Federal inyecten una gran cantidad de dinero en el sector financiero y se responsabilicen de miles de millones más en activos dudosos. Pero eso parece peligrosamente irresponsable. Hasta el confundido congreso que dio a Paulson un cheque en blanco para rescatar a Fannie Mae y Freddie Mac podría vacilar.
El actual déficit presupuestario es otro problema. Se calcula que el RTC supone un coste para los contribuyentes superior a los 70.000 millones de euros, y cualquier cosa análoga en la actualidad costaría probablemente más. Se suponía que el RTC iba emparejado con la limitación de otros gastos federales. Dado que se espera que este año el déficit supere los 280.000 millones de dólares, de acuerdo incluso con los cálculos más optimistas, no hay muchas señales de moderación del actual Gobierno ni de cualquiera de los presidentes en potencia.
