_
_
_
_
_
Tribuna:Dinero & inversiones
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

¿Monetarios sin riesgo?

Los recientes acontecimientos vividos las últimas dos semanas en los mercados financieros han vuelto a precipitar el repunte de la aversión al riesgo, hasta niveles históricamente pocas veces observados. Tras el rescate de las agencias hipotecarias norteamericanas la pasada semana, en esta ocasión hemos vivido la cara y la cruz: el rescate de la mayor compañía de seguros (AIG) y la quiebra del cuarto mayor banco de inversión (Lehman) de aquel país, con más de 150 años de historia de éxito.

Los efectos y la valoración de las repercusiones para la economía y los mercados financieros mundiales no se han dejado esperar, reflejando una oleada de ventas y huida hacia la calidad pocas veces vista en episodios de pánico históricos similares a los observados estos últimos días. El riesgo sistémico descontado sobre el sector bancario se ha reflejado en el desplome de las cotizaciones de las acciones, diferenciales de riesgo interbancario respecto al Tesoro nunca antes pagados y un fuerte incremento del riesgo de crédito cotizado en los mercados de derivados, reflejando la probabilidad de contagio y quiebra en forma de bola de nieve.

Hay que esperar que los fondos conservadores de activos monetarios dejen de liquidarse y tengan un respiro

Esa posibilidad es más o menos conocida por los inversores, aunque no esperada con tanta intensidad, pero estos últimos acontecimientos esconden un efecto perverso en dos ejes del sistema, tal y como lo conocemos: el riesgo de contraparte y el significado de activo sin riesgo. Quizá estas dos razones hayan llevado al Tesoro de Estados Unidos a anunciar un rescate masivo de bonos y la previsible nacionalización y nueva regulación de los derivados de crédito y activos monetarios. Este anuncio ha provocado un fuerte rebote en la renta variable mundial, relajación en el riesgo del crédito cotizado y disminución en la falta de confianza entre bancos, que comenzó hace ya más de un año.

Esperemos que estas futuras medidas restablezcan la confianza en un enfermo sistema, para alivio de los inversores y mejora del funcionamiento de unos mercados financieros rotos. Pero, sobre todo, que los fondos conservadores de activos monetarios dejen de liquidarse, y tengan un respiro tras verse salpicados por los activos respaldados por préstamos e hipotecas, el creciente riesgo de crédito y, en esta ocasión, papel comercial y pagarés de empresas en una huida hacia la calidad pocas veces vista.

Sebastián Larraza y Alberto Vázquez son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas, Afi.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_