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Entrevista:KEITA | Centrocampista del Barcelona | Primera jornada de Liga

"El fútbol exige centrocampistas físicos"

Jordi Quixano

Define al fútbol como un juego sencillo, una conjunción de posiciones y de habilidades para batir al contrario. "Hay que simplificar las cosas", resuelve con su sonrisa contagiosa. Seydou Keita (Bamako, Malí; 1980), medio centro del Barça, debutará hoy con casi toda probabilidad en el estreno liguero del Barça. Se mide al Numancia en Los Pajaritos. Junto a Alves, parece el único de los fichajes -Hleb, Piqué y Martín Cáceres- que se ha ganado un puesto de titular en el once de Pep Guardiola. "Hay que ganar y convencer", señaló el técnico. "Y siempre sin miedo", añade Keita.

Pregunta. ¿Le ha desvelado Guardiola cómo debe jugar?

Respuesta. Todo el mundo conoce mis cualidades y mis defectos, como Guardiola. Está claro que un medio del Barça debe recibir el balón y tocarlo de primeras, veloz y al sitio correcto. De lo contrario, guardarlo con el objetivo de no perderlo nunca. Aquí se exige pensar rápido. Pero creo que es más difícil adaptarte a un gran club que al juego del equipo. Ahora lo importante es encarar el partido contra el Numancia con ganas y sin miedo. Con la idea de ganar. Pero nunca debemos dejarnos llevar por los nervios. Eso sería el peor error.

"Este juego es mucho más simple. Y si sabes controlar bien el balón, lo que hay que hacer es tomar una decisión. El fútbol se reduce a tomar buenas decisiones"
"Soy musulmán y muy creyente. Todos los viernes rezo en la mezquita. En Sevilla iba con Koné y Kanouté. Aquí quizá lo haga con Touré y Abidal, pero si no, iré solo o rezaré en casa"

P. Se presupone que el Barça jugará con las bandas abiertas, ¿le atrae la idea?

R. Me da igual. El entrenador decide y el jugador actúa. Si todos tuviéramos una opinión, sería muy complicado organizarse. El fútbol es mucho más simple. Y si sabes controlar bien el balón, lo que hay que hacer es tomar una decisión. El fútbol se reduce a tomar buenas decisiones. Por otra parte, siempre es mejor tener el balón porque así no corres detrás de él. Pero ni el Barça es capaz de tenerlo los 90 minutos, así que debemos aprender a defender conjuntamente.

P. En el Barça, el medio centro cobra mucha importancia porque está solo. ¿Asusta?

R. No tengo miedo de nada. Nunca. Ni aquí ni fuera del fútbol. Es cierto que sólo hay un medio centro, pero está acompañado de dos volantes. Es cuestión de estilos. Lo que está claro es que en el fútbol de hoy se marca la diferencia desde el centro, donde se tiene balón y se acompaña a marcar goles. Pero si uno se fija, se requieren medios físicos. El fútbol lo exige. Todos los grandes lo tienen. No sé si es una moda, pero es una necesidad. ¡Es imposible que todos seamos idiotas!

P. ¿Si pierde la posición deja vendido al equipo?

R. Claro. Pero en el Barça un medio no se puede permitir según que lujos. Irte al lateral o al extremo es una auténtica locura. La posición es muy importante. Tanto como el balón.

P. Pero el Barça se define por cómo mueve el balón...

R. Aquí se toca y toca hasta abrir espacios. No importa recular, tener el balón, marearlo y bailar al contrario. Pero para recuperar el balón se necesita defender.

P. Touré y usted son dos jugadores defensivos, ¿no?

R. Sí. Yo no necesito el balón para sentirme importante. Como a todos, me gusta tocarlo. Pero mi cualidad es la de jugar simple y, de vez en cuando, intentar un remate de cabeza o chutar de lejos. Touré tiene sus propias cualidades. Y si debemos jugar juntos o no, lo decide el entrenador. Veremos qué pasa. Lo importante es que cumplo el sueño que tenía desde niño: jugar en un grande.

P. ¿Cuándo vio por primera vez una pelota de fútbol?

R. No sé. Recuerdo que me encantaba jugar en la calle, en el descampado de mi barrio en Bamako con los amigos. Y no me importaba clavarme las piedras en los pies, porque iba descalzo, o el calor que sufría al ir sin camiseta; lo importante era correr detrás de la pelota. En ese solar me bautizaron como Seydouble, un mote que hace referencia al tono del color de mi piel, que es un poco menos negro de lo habitual.

P. ¿También le llamaban así sus 11 hermanos?

R. No, no. Me llamaban por mi nombre. Aunque nos queríamos mucho, no estábamos para bromas porque no sobraba el dinero. Mi padre se murió cuando tenía 10 años y pasamos estrecheces. La muerte de mi padre me afectó pero supe digerirla. Él murió, yo moriré, y todos moriremos. Cuando era joven, me pregunté muchas veces dónde se había ido mi padre. Pero mis hermanos y madre me lo hicieron más llevadero. Simplemente, tenía la tensión muy alta y un día se marchó.

P. ¿Pasaron hambre?

R. Uff... Creo que no porque mi madre lo hacía todo, todo, todo. Vendía vestidos y lo que podía en los mercados de Bamako. Era una especie de comerciante. Aunque no nos faltó de nada, fue una etapa muy difícil. Pero un hermano estudió en Europa y otro en Rusia, para diplomarse como farmacéutico y médico. Ellos nos cuidaron y llevaron el dinero a casa.

P. ¿Usted trabajó?

R. Poco. Mi hermano me pagó el billete a Francia para hacer una prueba por el Marsella y ya no necesité usar el de vuelta. En vacaciones, sin embargo, ayudaba a mi madre a vender.

P. Pero primero acudió al centro de formación de fútbol de Salif Keita, ¿no?

R. Así es. Ingresé a los 14 años y jugué, entre otros, con el madridista Diarra. Allí descubrí el gusto por el fútbol y admiré a jugadores como Zidane, Weah y Abédi Pelé. No tenía dinero para comprarme pósters o algo así. Pero en esa época siempre llevaba la camiseta del Marsella, el equipo más seguido en África y, curiosamente, mi primer destino europeo. La pena es que allí no triunfé porque era demasiado joven. Pero me resarcí en el Lorient, primero, y en el Lens, después. Luego alcancé el Sevilla y ya estoy en el Barça. ¡Todo funciona!

P. ¿Gracias a Alá?

R. Sí, claro. Soy musulmán y muy creyente. Todos los viernes voy a rezar a la mezquita. En Sevilla iba con Koné y Kanouté. Aquí quizá lo haga con Touré y Abidal. Pero si no es posible, iré solo o rezaré en casa. Hay un tema, sin embargo, que todavía no he hablado con el Barça. A mí me gustaría cumplir el Ramadán. Aunque lo tengo claro; el fútbol es mi profesión y nunca haré una cosa que no me lo permita el club. Si no puedo cumplir el Ramadán porque hay partidos o doble sesión de entrenamiento, lo haré más adelante, cuando sea posible. No será un problema.

Keita, tras firmar su contrato con el Barcelona.
Keita, tras firmar su contrato con el Barcelona.REUTERS

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