_
_
_
_
_
Análisis:AL VOLANTE | Motor
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Grande, pero ágil y seguro

El Superb comparte la mecánica del Passat y, aunque tiene un planteamiento más económico, ofrece sus tecnologías opcionales más sofisticadas. Por ejemplo, el cambio automático DSG accionable desde el volante o el sistema de aparcamiento automático Park Assist (695 euros): calcula los huecos al pasar, avisa, y aparca girando por sí solo el volante mientras el conductor se encarga sólo de acelerar y frenar. Además, estrena los faros AFS, que mejoran la iluminación adaptando la anchura y profundidad del haz de luz según se circule en ciudad o carretera.

A pesar del tamaño del Superb, el motor 2.0 TDi de 140 CV con caja automática secuencial DSG de seis marchas ofrece unas prestaciones más que correctas. Responde con fuerza desde 1.500 hasta 4.500 vueltas, adelanta con soltura, afronta las subidas sin pereza y mantiene buen ritmo de crucero. Sólo cuando se carga a tope acusa más el peso. La lástima es que este cambio cueste tan caro (3.150 euros), porque es muy rápido, cómodo y permite aprovechar mejor el motor. Pero aumenta un poco las emisiones, y al pasar de 160 g/km de CO2 paga un 9,75 de impuesto de matriculación, frente a 4,75 del manual de seis marchas. Aun así, gasta muy poco: menos de siete litros en conducción suave y ocho en ciudad, y cuando se apuran las marchas.

Más información
Espacio y tecnología a buen precio

Las virtudes se completan con un comportamiento eficaz y seguro. Acusa poco el tamaño, y con la suspensión de serie ofrece una estabilidad notable, incluso en trazados estrechos y virados: es fácil de conducir, ágil de reacciones y se maneja como si fuera más pequeño. Los mandos son muy suaves, frena con potencia y las ayudas electrónicas, como el control de estabilidad ESP, actúan cuando se necesita sin que se note.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_