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Análisis:A PIE DE PISTA | PEKÍN 2008 | Baloncesto
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Una diferencia que lo explica todo

La entrada de Juan Carlos Navarro como 11º hombre puede servir más que cualquier otro concepto para explicar dónde reside la diferencia entre España y Grecia.

Los griegos habían empezado bien, con ideas claras sobre cómo atacar y con mucha atención en el rebote defensivo que, contra un quinteto con Marc Gasol y Felipe Reyes juntos en pista, podría resultar complicado de controlar. Spanoulis encontraba espacios para sus penetraciones, y probablemente, con un porcentaje normal en los tiros libres (1 de 8 de inicio, ¡menos del 50% al final!), Grecia hubiese controlado el marcador hasta la mitad del segundo cuarto. La oportuna decisión de bajar la estatura del quinteto (Carlos Jiménez fijo en el puesto de 4 alternándose con Jorge Garbajosa) dio algo más de velocidad y agresividad a España, concedió más espacios para el rebote ofensivo en movimiento y para el contraataque, abriendo la primera brecha en el tanteo, que se convirtió en un agujero profundo al inicio del tercer cuarto, siempre con quintetos pequeños (Rudy y Navarro juntos en pista).

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Intensidad y recursos

Grecia no tuvo respuestas convincentes, abusó del tiro exterior en un día de escasos porcentajes, no creyó lo suficiente en atacar por dentro y no recibió la tradicional inspiración de Diamantidis ni Papaloukas, dejando a las penetraciones tras un bloqueo directo central toda esperanza de anotación en ataque posicional. Quizás la defensa de esta situación ha sido el único aspecto realmente mejorable para España, en un partido serio y sin necesitar una aportación extraordinaria del tiro de tres puntos.

Rudy sigue proponiéndose como "estrella entre las estrellas", y la dirección (a pesar de que Raúl López apenas participó) se mostró una vez más segura y fiable. En general, dio la sensación de ser un equipo seguro de sí mismo, pero concentrado y dispuesto sin egoísmos a permitir a su entrenador buscar sin agobios la mejor solución en cada partido.

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