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Crítica:GREC 08 | 'Mujeres'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Tradición y contemporaneidad flamenca

El rojo pasión, el verde esmeralda y el negro crepúsculo brillaron en las batas de cola de las magníficas bailaoras Merche Esmeralda, Belén Maya y Rocío Molina, las protagonistas de Mujeres. El espectáculo que iluminó el anfiteatro del Teatre Grec de Montjuïc la noche del domingo -un brillo que compartió con el de los fuegos artificiales tras ganar España la Eurocopa- logró que este incomparable marco se inundará de magia. Curiosamente, hubo muchos varones entre el numeroso público que acudió a esta cita flamenca, aunque el sonido de algún transistor delataba la doble afición de algunos de los espectadores.

En 1996, Merche Esmeralda ofreció este espectáculo en el teatro Victoria de Barcelona; entonces lo bailó con Raquel Ginés y una desconocida Sara Baras. Ahora, sus compañeras son las soberbias bailaoras Belén Maya y Rocío Molina. Son más jóvenes que Merche y su flamenco más contemporáneo, pero las tres personalidades interpretativas no se estorban, lucen por sí solas, en dúos o en el trío. La majestuosidad de la Esmeralda contrasta con la viveza de la Molina y con la contemporaneidad de la Maya, creando un espectáculo sugestivo y rico. Si bien los cantaores y músicos del espectáculo arropan eficazmente a estas mujeres, hay que hacer mención especial a la cantante malagueña Diana Navarro. Su extraordinaria voz unida a su impresionante físico emocionó hasta derretir al público.

MUJERES

Dirección: Mario Maya. Interpretación: Merche Esmeralda, Belén Maya y Rocío Molina, (autoras de la coreografía junto con Manuel Liñan). Dirección musical: Paco Cruz. Colaboración especial de Diana Navarro (cantante) y Chicho Valdivia (piano). Teatre Grec. Barcelona, 29 de junio.

El espectáculo, de 90 minutos de duración, es un intenso recorrido por los diferentes palos del flamenco. Se inicia con unas rondeñas a cargo de las tres intérpretes. Después, cada una de las artistas tiene su momento de gloria. Merche Esmeralda brilló en la soleá; elegante y avanzando por la escena como una diosa exhibió su quiebro de cintura casi sobrenatural mientras sus brazos se dibujaban en el espacio con gran expresividad.

Belén Maya, por su parte, estuvo espléndida en los tangos, y mostró su enérgico zapateado y sus elocuentes brazos torneados por la contemporaneidad. Junto a Rocío Molina bailó un interesante paso a dos titulado Romance de Zaiede en la que ambas parecían dos bailarinas de Graham.

La joven Rocío Molina fue realmente una revelación. Su insolente baile y su sensual movimiento de brazos, además de su sensual cimbreo de cintura, la convierten en una intérprete que hay que tener en cuenta en el futuro. Espléndida en la seguiriya. Al final todos los miembros del espectáculo bailaron por bulerías para agradecer los aplausos de un entusiasta público puesto en pie.

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