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Reportaje:JÓVENES PERIODISTAS DE 'EL PAÍS DE LOS ESTUDIANTES'

Abrazados a la Torre de Hércules

Se ha puesto empeño en hacer desaparecer las cicatrices derivadas de la actividad minera. Un gran lago ha nacido donde antes había una descomunal mina al aire libre. La escombrera ha sido totalmente regenerada en forma de monte y se encuentra repleta de fauna y flora. Es el complejo de la Central Térmica de As Pontes, de Endesa, que ha disminuido sus emisiones utilizando materiales menos contaminantes, como ejemplo de compromiso medioambiental.

Un grupo de alumnos mira perplejo el escenario y escucha las explicaciones. En su vida habían visto nada igual. Es el último día de su viaje a A Coruña. Están allí por haber ganado el Premio Endesa 2008 a la Sostenibilidad y Medioambiente de El País de los Estudiantes con su periódico El paraguas de Vetusta. La visita a la central es la culminación de una estancia "inolvidable" en la ciudad de María Pita, junto a sus compañeros del colegio Santo Domingo de Guzmán de Oviedo que hicieron otro periódico para el concurso, La estela del can, y que les han acompañado en el viaje.

Han sido para ellos cuatro días llenos de actividad y momentos mágicos: la casa del Hombre y su interactividad, el planetario y los insectos de la casa de las ciencias, las focas del Acuario Finisterre, la Torre de Hércules, el tranvía, el precioso casco antiguo con la plaza dedicada a la heroína coruñesa, la visita a sus colegas dominicos de la ciudad, playita y baños, arena, empanada y pulpo, paseos nocturnos, el estupendo Hotel Riazor.

Un viaje en tren a Santiago de Compostela para conocer esa maravillosa ciudad, la emoción de ver todos juntos el España-Italia (¡vaya gritos!), alguna guerra de almohadas, muchas risas diurnas, muchas conversaciones nocturnas, sueño acumulado, descubrir que sus profes son personas normales, hacer nuevos amigos que hasta ese momento sólo eran conocidos del pasillo de bachillerato y juntarse con viejos con los que recordar viajes pasados. La víspera de la noche de San Juan -¡qué pena no haberla disfrutado en Orzan o Riazor por sólo un día!- hubo más empanada y más pulpo -bueeeno, vaaale..., y alguna hamburguesa que otra-, más risas, globos de helio que les volvían más niños, fotos nocturnas con el mar como lienzo que parecían sacadas de una película, abrazos inmensos, miradas, ventanas que no se abrían... y otras ventanas invisibles que se abrieron de par en par, toallas formando círculos, el vago recuerdo de unas notas que nos entregarían al volver (pero muy vago), el relax tras un trabajo excelente en la prueba de Selectividad, frases que quedarán para la historia, canciones que marcarán una época, desayunos descomunales, cenas con sobremesas maravillosas de postre, calor.

Y encima, terminaron grabando un vídeo y le dieron un abrazo virtual a la Torre de Hércules para apoyar su merecida candidatura como patrimonio de la humanidad (www.farodahumanidade.com). Cinco días y cuatro noches que no olvidarán.

Un viaje que marca un antes y un después en la historia periodística de su colegio y que compromete a todos a intentar superarse de cara a ediciones posteriores porque realmente merece la pena el esfuerzo.

Este artículo ha sido elaborado por María Lucía Gazapo y el resto del equipo de redacción de los periódicos escolares El Paraguas de Vetusta y La Estela del Can, del colegio Santo Domingo de Guzmán de Oviedo.

Alumnos del Santo Domingo Guzmán durante su visita a la central de Endesa.
Alumnos del Santo Domingo Guzmán durante su visita a la central de Endesa.G. TIZÓN

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