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Se crea un huerto para la protección de productos hortícolas

El complejo Món Sant Benet pondrá en marcha un huerto para la protección y la promoción de productos hortícolas catalanes que se encuentren en peligro. Los promotores de esta idea afirman que están preocupados por la homogeneización genética y la pérdida de biodiversidad. Por ello, proponen políticas conservacionistas para preservar algunas variedades que pueden recibir la etiqueta de tradicionales.

Món Sant Benet ya incorpora en su proyecto la Fundación Alicia, el centro que pone en común la tecnología y la ciencia, para que desde ambos ámbitos se contribuya a la mejoría de la labor culinaria, de los hábitos alimentarios y de la aportación científica. Desde una perspectiva similar, ahora se pretende que se identifiquen los alimentos a partir de las características químicas, físicas y de gusto. Se plantarán frutales y hortalizas, fundamentalmente, pero también frutales arbustivos y plantas aromáticas y para el condimento de platos, junto a flores comestibles. La superfecie experimental será de 1,5 hectáreas.

El modelo, como también ocurre en la Fundación Alicia, tiene una característica complementaria: la concepción didáctica. Para ello se crearán talleres para escolares que permitan seguir el producto desde el huerto hasta la mesa. Esta parte ocupará 4.000 metros cuadrados.

Carácter innovador

El consejero de Agricultura, Alimentación y Acción rural, Joaquim Llena, destaca el carácter "innovador" del proyecto y la importancia de "hacer un inventario de productos propios".

La presentación del huerto coincidió con la presentación de la tarea de Alicia, un centro cuestionado en el debate generado por el cocinero Santi Santamaría. Ferran Adrià, bandera de la cocina de vanguardia y centro de las críticas de su homólogo Santamaría, afirma que, tras lo escuchado y leído en las últimas semanas de debate entre los distintos estilos de cocina, "queda claro que Alicia es muy importante para la difusión de la cocina". Adrià admite que los cocineros, en su conjunto, no han hecho una buena difusión de sus productos y atribuye a una cierta ignorancia el debate generado.

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Adrià niega la existencia de dos cocinas, la de vanguardista y la tradicional, porque entiende que la mayoría de cocineros del país tienen en la tradición el origen de sus propuestas.

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