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Reportaje:LAS COLECCIONES DE EL PAÍS

'Chill out': un estilo de vida

El próximo domingo, un CD de este género por un euro

Es la música que no se escucha, se siente. Ésa podría ser una rápida definición de chill out -literalmente, enfriarse-, un estilo musical que en apenas 20 años ha pasado de actor secundario a estilo de vida.

La historia de este curioso ascenso de categoría musical habría que buscarla a principios de los noventa en las fiestas celebradas al aire libre. Herederas de las comunas hippies de los setenta, estas ceremonias de música electrónica encontraban el sitio ideal en playas, minas abandonadas o bosques aislados. No había vecinos a los que molestar con los potentes equipos de sonido que escupían música electrónica en todas sus variantes. Trance, break, house... Pero no nos atragantemos con las etiquetas. Inevitablemente, las drogas jugaban un papel importante en aquellas reuniones capaces de alargarse varios días. Y, como en muchas cosas en la vida, el subidón acarrea un bajón. Éste había que contrarrestarlo de la manera más suave y esponjosa posible. Se crearon entonces esos espacios acolchados para que la mente, tras los excesos, volviese a la normalidad. En esas mullidas y cálidas zonas de relajación sonaba también música electrónica, sí, pero mucho más tranquila, más suave, más relajada... Era la música chill out.

Se trata de una música que induce a la calma e invita a pensar y relajarse

Casi 20 años después sería un grave error relacionar este estilo con las drogas. Si bien es cierto que el término se utilizó por primera vez en una discoteca de Manchester -una ley de 1992 obligó a todos los clubes del Reino Unido a disponer una habitación de relax para frenar las sobredosis-, el chill out ha conseguido despojarse de esa fama tóxica. Ahora el estilo es capaz de hacer volar la mente sin necesidad de recurrir a la química. Este tipo de música ha evolucionado a una especie de música new age moderna y con clase.

Pero volvamos un momento atrás en el tiempo. En 1978 se encuentran las verdaderas raíces de esta música ambiental. En ese año Brian Eno, ex Roxy Music y luego productor de éxito de U2, publicó su disco Ambient 1. Music for Airports. Él fue quien primero definió el ambient, predecesor del chill out, como "música que induce a la calma y que incita a pensar". La formula es fácil: liberar la mente de preocupaciones y abrirle la puerta a los sentidos.

España, y en concreto Ibiza, sigue siendo uno de los referentes mundiales de este estilo. A finales de los ochenta surgió el Café del Mar, una, llamémoslo así, cafetería ideal para disfrutar de una puesta de sol (o amanecer) bajo el sonido del mar con chill out de fondo. Pero no hay que estar en la playa rodeados de cojines para disfrutar del chill out. El estilo ha recorrido el mundo absorbiendo influencias, sonidos y texturas muy variadas. Se ha casado con el tango, con el reggae, con la bossa nova y hasta con el flamenco. EL PAÍS lanza el próximo domingo una colección de 24 CD. En ella hay una buena muestra de ese viaje por el mundo. Así que, relájese, disfrute y consiga cada lunes, martes y miércoles del verano una entrega nueva.

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