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Reportaje:LA CALLE | Rutas

Contrabandistas

Bescaran es un pueblo de la comarca del Alt Urgell, fronterizo con Andorra y Francia. Situado a 1.360 metros de altura, Bescaran es una aldea silenciosa que es alterada por los visitantes de la ciudad durante los fines de semana y el verano. Bescaran, como tantos otros pueblos del Pirineo, vive en la actualidad del turismo. Pero no siempre fue así. Antaño, Bescaran fue uno de los pueblos del Alt Urgell que convirtieron la comarca en un auténtico paraíso para los contrabandistas por su proximidad con Francia y Andorra. Un mercado que terminó con la liberalización de las aduanas. Hoy en día, el visitante puede conocer los entresijos, los escondites y refugios que sólo aquellos legendarios hombres de Bescaran conocían, caminando por los caminos de los contrabandistas. Se trata de una ruta que presenta una fuerte y larga ascensión durante el primer tramo del itinerario y con una señalización escasa que obliga al excursionista a practicar una caminata de orientación en toda regla.

La ruta se inicia en el punto más alto de Bescaran y continúa por el valle que forma el río del mismo nombre de la localidad. Sin haber caminado el primer kilómetro, un viejo palomar nos indica que las primeras rampas están al caer. Al cabo de una par de horas de ascenso, el caminante llega al primer balcón con vistas panorámicas sobre la sierra del Cadí, al otro lado del valle: el Coll del Jovell. Más que un paso de montaña parece un pequeño prado verde colgado en la montaña. No importa. Después de la subida llega la bajada. Antes de iniciarla, vale la pena echar una ojeada a los prados de Sorri a vista de pájaro. Sorri es un lugar idílico, con unos pastos verdes impresionantes y un silencio que sólo rompen los cencerros de las vacas.

Durante el camino, pequeñas cabañas nos indican los refugios donde almacenaban todo tipo de mercancía los contrabandistas, pequeños almacenes que quedaban ocultos para los foráneos y que sólo aquéllos conocían. El tramo final de la excursión, de regreso a Bescaran, es un maravilloso paseo por la montaña, y el murmullo del agua que brota por todos partes se convierte en uno de las atracciones de la excursión por la ruta de los contrabandistas.

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