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Crítica:La lidia / Feria de San Isidro
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Frágiles toreros modernos

Antonio Lorca

Vencida ya la corrida, reflexionaba en voz alta un vecino de localidad: "No sé cómo voy a justificar yo ante mi mujer que he estado en los toros. ¿Qué has visto?, me preguntará, y yo me encogeré de hombros; porque ¿qué hemos visto?".

La respuesta, mañana, pero hemos visto una corrida con cuatro toros manejables; uno de ellos, el primero, codicioso y repetidor en la muleta, y tres toreros modernos, frágiles, cómodos, aburridos, tristes y con pocas ideas que despacharon la tarde sin decoro ni sosiego. Tres toreros jóvenes, los tres con necesidad de un triunfo para impulsar la temporada, y los tres, sonámbulos, sin ilusión y con caras de jubilados. Un quite por gaoneras ajustadas de Marín al primero, y un par de verónicas de Tejela al sexto, y se acabó. Escasísimo balance para quienes se supone que deben liderar la torería actual, y que poseen la juventud y la fortaleza para alcanzar el triunfo.

Las Ramblas / Bautista, Marín, Tejela

Toros de Las Ramblas, bien presentados y mansurrones; encastado el primero; manejables segundo, cuarto y quinto; descastados tercero y sexto.

Juan Bautista: estocada baja (palmas); casi entera (silencio).

Serafín Marín: media caída (silencio); pinchazo y estocada caída (ovación).

Matías Tejela: pinchazo y estocada (silencio); estocada y dos descabellos (silencio).

Plaza de Las Ventas. 20 de mayo. 13ª corrida de San Isidro. Lleno.

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Los tres se comportaron como pegapases de la modernidad, porque ninguno de ellos está tocado -al menos, ayer no lo estuvieron- por la magia del poderío, el arte y el sentimiento.

Qué desasosiego producía ver cómo Juan Bautista naufragaba ante su primero, un manso codicioso que embistió repetidamente y que le ganó con brillantez la pelea. Fue un cara a cara de menos a más: comenzó bien Bautista con unos decentes derechazos hasta que el toro entendió que aquello era pan comido, y embistió con tal intensidad que desbordó a su matador, que lo toreó, es un decir, acelerado y destemplado. Más aplomado fue el comportamiento del cuarto, y más frío, si cabe, el del torero. Muchos pases y poco toreo.

Marín y Tejela hicieron el paseíllo convalecientes de recientes cogidas. Si no vienen, quizá les pese para el resto de la temporada; pero si vienen a ver si toca la flauta, es posible, más que posible, que ocurra lo que ocurrió: que salgan toros con ciertas dificultades y los dejen en evidencia por sus carencias físicas, y también por su tosca y moderna concepción del toreo. Pero si es que da la impresión de que estos hombres sólo saben torear a la tonta del bote; si es que parecen autómatas sin alma ni técnica en cuanto aparece un animal con ciertas dificultades.

Rebrincado embestía el primero de Marín, y allí estuvo el torero 10 minutos intentando encontrar un sitio que no encontró. Y su labor resultó premiosa, plomiza y espesa. Noble y largo era el quinto, pero le fallaban las fuerzas y deslucía su repetidora embestida. Quizá, por eso, los muchos pases de Marín no interesaron a nadie.

Y Tejela se llevó el peor lote. Es evidente, además, que no está en plenitud de facultades, y prueba de ello es que delegó en un eficaz Luis Miguel Villalpando la dirección de lidia de su primer toro; le faltó confianza y le sobró tristeza para alegrar la corta embestida del tercero, y sólo pudo mostrar una voluntad baldía ante el parado sexto.

Hoy se torea mejor que nunca, se dice. Será verdad, pero a menos toros que nunca. El torero actual parece fabricado en una cadena de montaje, y preparado sólo para dar pases al toro bobalicón e insulso. Toreros en serie para toros bobos; toreros insulsos para una fiesta sin alma.

¿Qué le digo a mi mujer para que crea que he estado en los toros? Pues, dígale la verdad: encójase de hombros. Seguro que ella le entiende...

El torero Serafín Marín, ayer en la Plaza de Las Ventas.
El torero Serafín Marín, ayer en la Plaza de Las Ventas.LUIS SEVILLANO
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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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