"El ciclón puede servir para iniciar el diálogo"
Juan Manuel López Nadal es el embajador de España en Tailandia, Laos, Camboya y Myanmar, en espera de nuevo destino. A su juicio, Asia tiene unas posibilidades enormes para los españoles y cree que, aunque pueda sonar cínico, la desgracia del ciclón Nargis puede ser la chispa que encienda la mecha de un cambio democrático gradual en Myanmar contando con todos, también con los militares.
Pregunta. ¿Por qué no se ha logrado tener mayor presencia occidental en Myanmar?
Respuesta. La Junta Militar recela. La gestión de la crisis del ciclón ha demostrado que es una estructura inepta, ineficaz y fuera de onda. De la misma manera que sabe que necesita la ayuda humanitaria internacional, y la pide, también rechaza que haya cualquier presencia extranjera. Además, no sabemos bien qué sucede dentro del país. Ahora podemos decir con certeza que han muerto más de 25.000 personas, aunque puede haber más, y que 5.000 kilómetros cuadrados de su territorio están debajo del agua.
P. Y la ONU, ¿qué hace allí?
R. Negocia con la Junta Militar para intervenir en dos ámbitos: la atención a la gente que sufre e incentivar cambios en el país. El pueblo birmano pedirá pasos para un cambio institucional y democrático. Este proceso debe ser gradual, pero urgente. No hay garantías de que la ayuda llegue al pueblo. El interlocutor con la junta debe ser Naciones Unidas. Si no les dejan entrar, el pueblo pedirá cuentas al Gobierno y aunque la comunidad internacional no debe hacer chantaje sí debe exigir garantías.
P. ¿La esperanza de la oposición son los monjes?
R. Los monjes tienen un papel vital. Sobre todo los de base, no la jerarquía. Están unidos con el pueblo, sienten como ellos, viven entre ellos, los representan. Además, la incompetencia de los militares y su mala gestión -incluso se dedican a robar a los muertos- provoca que quien articula la sociedad civil birmana sean los monjes.
P. ¿Sólo se puede contar con los monjes en Myanmar?
R. No, pero la oposición democrática, que encabeza la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde 2003, lo tiene muy complicado. La gestión de esta desgracia es una oportunidad para ser un embrión de diálogo político.
P. ¿Es posible la aparición de algún sector aperturista en el Ejército?
R. Se cree que a medio plazo los mandos intermedios van a replicar a la Junta. Estos generales practican la gerontocracia y otros piden relevos. Eso hace que haya que darles una oportunidad porque el Ejército también es un interlocutor que no se puede menospreciar.
