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Malos tiempos para el marjal de Pego

Agró advierte del descenso de inversiones en el paraje por parte del Consell

Los tiempos han cambiado mucho en el parque natural del Marjal de Pego-Oliva. Y para mal. Un informe de Acció Ecologista-Agró constata un descenso radical en las inversiones que el Consell ha destinado en los últimos cuatro años al paraje. Esta falta de recursos en el último lustro contrasta con el interés por el parque que desde finales de los años noventa y hasta 2003 mostró la Administración autonómica, cuando su objetivo era contrarrestar las polémicas actuaciones que el entonces alcalde, Carlos Pascual, llevó a cabo en el marjal y que pusieron en peligro su equilibrio medioambiental. Pero Pascual acabó en la cárcel y desde las últimas elecciones en Pego el PP se encuentra en la oposición. Y el dinero ha menguado.

La disminución de las ayudas coincide con la salida del PP de la alcaldía

El informe de Agró así lo demuestra. En 2007, el presupuesto para el marjal era de 1,5 millones, de los que apenas se ejecutó un millón. Para 2008, la partida se ha reducido a 1,3 millones, lo que supone un descenso de un 9%. Los recortes han afectado sobre todo a la compra de terrenos del paraje, una acción fundamental para garantizar su futuro natural y que ha ido cayendo en picado desde 2004. Ese año se compraron 63,83 hanegadas, con una inversión de 76.000 euros. En 2005 solo se adquirieron 17 hanegadas, en 2006, 18 y en 2007 apenas 7 hanegadas, con una inversión de poco más de 9.000 euros.

Además, el precio por hanegada con el que se indemniza a los antiguos propietarios se mantiene estancado nada más y nada menos que desde 1994, cuando se pagaban 1.202 euros por hanegada. Nada ha cambiado desde entonces. Agró subraya la necesidad de volver a aumentar el ritmo de compra de parcelas hasta lograr la adquisición total de 850 hectáreas -una propuesta anterior a 1994- "para su gestión como reserva natural mediante la actualización del precio de compra y tras una discusión y revisión de las subvenciones".

Y es que los ecologistas advierten de que ese último capítulo, el de las subvenciones, ha favorecido sobre todo a los grandes terratenientes. Esas ayudas se destinan a propietarios de fincas rústicas por no cultivar arroz, tanto en la zona de especial protección como en el arrozal, donde sí que está permitido. Pues bien, en 2007, año electoral, cinco propietarios se repartieron 125.000 euros, una cantidad superior a la destinada en 2006 para unos 300 dueños de parcelas. En este sentido, Agró destaca el caso del mayor propietario, Inter-Reg Agrícola, SL, que el año pasado cobró más de 50.000 euros por no hacer nada, esto es, por no cultivar arroz en unas 877 hanegadas.

Agró muestra su malestar con la Consejería de Medio Ambiente, a la que acusa además de haber disfrazado las cifras. En una nota oficial tras la citada junta, el Consell aseguró que la inversión para 2008 no solo no descendía, sino que se incrementaba en un 31%, lo que "demostraría la importancia que la Generalitat otorga al marjal Pego-Oliva". Ahora bien, ese cálculo oficial se hace a partir de la cantidad invertida en 2007, que era de poco más de un millón de euros, y no de la que se había presupuestado, que era de 1,5 millones frente a la de 1,3 millones prevista en el ejercicio actual.

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