Confort y suavidad
El C5 rompe con el diseño de Citroën y adopta un estilo más deportivo. Destaca el puesto de conducción del acabado S, con un salpicadero elegante, una instrumentación con relojes vistosos, el volante con el escudo central fijo y todos los mandos integrados (teléfono, control de velocidad, radio-CD y hasta GPS), asientos deportivos que sujetan bien y pedales regulables en altura. Pero lo mejor es que está acabado con gusto y ofrece un tacto exquisito y un confort sobresaliente.
Consumo ajustado
La gama del C5 incluye cuatro turbodiésel, pero el 2.0 HDi de 138 CV es el más razonable por precio, prestaciones y consumos. Va acoplado a un cambio manual de seis marchas bien escalonado, y se ofrece también un automático-secuencial, más cómodo de usar, pero con un sobreprecio excesivo.
Con el primero, el del coche de pruebas tiene una respuesta elástica a bajo régimen para circular sin reducir mucho en ciudad, ofrece unas prestaciones correctas para viajar y no se queda en las subidas. Sólo le cuesta un poco recuperarse en las marchas largas, porque el C5 es más pesado que sus rivales, y aunque incluye un dispositivo (overboost) que aumenta la presión del turbo al acelerar a fondo, exige elegir bien la marcha para adelantar con nervio. En cambio, los consumos son muy ajustados para su tamaño: gasta poco más de seis litros en conducción suave y sólo pasa de ocho en ciudad y estirando las marchas.
Dos suspensiones muy cómodas
Boletín
El C5 sorprende por su suavidad, tiene un tacto exquisito en los mandos y es uno de esos coches que exigen el mínimo esfuerzo y se conduce con dos dedos. Además, permite elegir entre dos suspensiones, la de acero, de serie en el acabado S de la prueba, y la Hydractive III+ de la terminación Premier, que se asocia a un freno de mano electrónico (por botón) y tiene dos programas, Confort y Sport. Las dos versiones cuestan igual, porque el acabado S añade llantas de aleación de 17 pulgadas y más extras, pero la suspensión convencional, aunque es más sencilla, funciona ya muy bien, con recorridos amplios que filtran los baches sin inmutarse y un confort idóneo. Y es muy eficaz, porque otorga una estabilidad a toda prueba que da seguridad en cualquier trazado.
El C5 obedece a la dirección con rapidez en zonas viradas y entra muy bien en las curvas, manteniendo unos balanceos correctos, aunque tiende a transmitir los baches al volante en pisos deteriorados. Pero en carreteras amplias y autopistas circula con aplomo y consistencia, filtra todo de maravilla y aporta un confort excelente, en parte porque está muy bien insonorizado de mecánica y rodadura. Los frenos paran con poderío, y como incluye un equipo de seguridad muy completo (siete airbags y ESP de serie) y puede añadir avances como alerta del cambio de carril o faros direccionales, es un coche muy seguro y fácil de manejar, que da confianza.