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Reportaje:JEEP CHEROKEE 2.8 CRD AUTOMÁTICO LIMITED | PRUEBA

Un 4x4 campero y apto para la vida familiar

La avalancha de todoterrenos ligeros con chasis de turismo y tracción 4×4 sin reductora ha reducido la oferta de modelos de tamaño medio y concepción clásica aptos para superar zonas difíciles en el campo. El nuevo Cherokee aspira a cubrir ese hueco y mantiene los recursos que han distinguido siempre a Jeep como especialista en estos vehículos, pero ahora añade una visión más moderna que se adapta mejor a la vida familiar. Sigue siendo un 4×4 con reductora muy bien dotado para afrontar zonas complicadas fuera del asfalto, pero ofrece un comportamiento y un confort suficientes para viajar en carretera, e incluye detalles prácticos que refuerzan su funcionalidad. Y es un familiar muy completo que destaca por su versatilidad de uso, aunque lo refleja en el precio: desde 37.395 euros.

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Muy eficaz en el campo

El estilo inconfundible de Jeep

El nuevo Cherokee no aplica la evolución estética que estrenó el Compass, el 4×4 ligero de Jeep, y adopta una línea cuadrada que contrasta con el aspecto más moderno y deportivo de su hermano. Mide 4,49 metros de largo, nueve centímetros más, y presenta unos trazos más rectos, que se aprecian en el frontal, las puertas y el techo.

Delante destaca el tamaño de los faros y la enorme parrilla cromada con los siete huecos entre bandas de Jeep, que va en posición muy vertical. Pero el diseño del parachoques y las aletas remarcan el carácter. En el lateral sorprenden las aletas, muy resaltadas, y lleva los paneles de las puertas casi planos y unas ventanillas cuadradas con la base paralela al piso. Y el techo y el portón forman un ángulo recto y casi perpendicular al suelo que termina de definir la imagen.

El resultado es un todoterreno de línea clásica con los ángulos cuadrados de los 4×4 puros, aunque con un aire elegante que le distingue y realza su personalidad. Pero el diseño no afina la aerodinámica, muy discreta (CX: 0,40).

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Interior sencillo y práctico

El interior refleja los gustos estadounidenses, aunque incluye detalles que recogen las exigencias europeas. En el salpicadero se repiten las formas rectas y cuadradas, y mantiene los plásticos duros -menos seguros en accidentes- abandonados aquí. Y el volante, los paneles de las puertas y otras zonas son más austeras que en los 4×4 europeos, aunque los adornos metalizados realzan la instrumentación y la consola central.

La habitabilidad tampoco sorprende. Tiene unas plazas delanteras normales, aunque con asientos poco envolventes; atrás ofrece un espacio limitado para las piernas, y el maletero es algo justo. Y aunque no sobran huecos (ver página 15), aporta detalles prácticos interesantes: el respaldo del copiloto se pliega hacia delante para cargar bultos largos y la luneta posterior se abre aparte del portón. Sin embargo, lo más práctico es que tanto las suspensiones como la insonorización y las prestaciones del motor turbodiésel admiten un uso diario en ciudad y carretera, para viajar con seguridad sin sacrificar en exceso el confort.

Sólo en turbodiésel y acabado único

El Cherokee sólo se vende con un motor 2.8 CRD turbodiésel de 177 CV disponible con cambio manual de seis marchas o automático de cinco (37.395 y 41.680 euros). Los precios son altos y sólo hay un acabado, Limited, que incluye un equipo de serie abundante: cuatro airbags, ABS, ESP, tracción 4×4 con reductora, sensor de presión de ruedas y faros, control de velocidad, climatizador, asiento eléctrico del conductor, ordenador de viaje, sensores traseros de aparcamiento, llantas de 17 pulgadas, radio-CD con MP3 y todo lo habitual. La versión automática añade reglajes eléctricos con memoria en el asiento del copiloto, tapicería de cuero bicolor, cargador de seis CD y bluetooth.

Conclusión

El Cherokee es un todoterreno clásico para quienes buscan un familiar versátil que sirva para todo. Su línea cuadrada impacta en ciudad y tiene un interior funcional; el motor turbodiésel y las suspensiones permiten viajar a buen ritmo con seguridad sin penalizar el confort, y la tracción 4×4 con reductora ayuda a superar cualquier obstáculo en el campo.

PRECIOS SUPERIORES

La oferta de todoterrenos con reductora y un tamaño similar al Jeep Cherokee es escasa. La alternativa más asequible es el Ssangyong Kyron, que cuesta 5.500 euros menos. Incluye de serie cuatro airbags, como el Jeep, pero añade techo solar y tapicería de cuero. El Kia Sorento es algo más grande y económico: sale casi 4.000 euros más barato con navegador, techo solar y tapicería de cuero. Otra posibilidad más accesible es el Grand Vitara, que cuesta 3.200 euros menos. Al igual que los anteriores, no tiene la imagen y presencia del Jeep, ni sus recursos en conducción 4×4, pero incluye seis airbags, techo solar y cargador de seis CD. El único más caro es el Freelander. Cuesta 1.700 euros más y no lleva reductora. Pero tiene siete airbags, tapicería de cuero, cargador de seis CD, sensores de lluvia y aparcamiento (delante y atrás) y faros bixenón

DISEÑO AUSTERO Y PRÁCTICO

El diseño interior no es prioritario en mercados como EE UU y Japón, y el Cherokee lo refleja en detalles como un salpicadero de trazos rectos, una consola central muy cuadrada y una presentación casi espartana. Los materiales son económicos, tiene unos asientos sencillos y cortos de banqueta que sujetan poco y, al contrario que los 4×4 europeos, no aplica plásticos mullidos para reducir lesiones en los accidentes. Pero tiene una tracción 4×4 muy avanzada que permite elegir tres posiciones con un mando giratorio: propulsión trasera (asfalto), 4×4 (pisos resbaladizos y pistas de tierra) y reductora (zonas difíciles en el campo). Las plazas traseras son algo justas en espacio para las piernas y tienen una banqueta corta y plana que limita el confort. Pero ofrece detalles interesantes: los respaldos se abaten y dejan el piso plano hasta el salpicadero, porque el respaldo del copiloto se pliega para cargar bultos largos. Los huecos son sólo correctos: repisas en las puertas delanteras y el salpicadero, apoyabrazos con dos espacios interiores, dos posavasos delante y dos atrás... Y el maletero (419 litros) incluye una rueda de repuesto de verdad que evita sustos en el campo. En la zaga dominan las formas cuadradas, y la apertura independiente de la luneta facilita la carga de bultos pequeños

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