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Camps evita la foto con Montilla, Antich e Iglesias en el homenaje a Jaume I

Los presidentes de Cataluña, Baleares y Aragón se reunieron en Poblet

El presidente de la Generalitat de Valencia, Francisco Camps, fue ayer el único máximo representante político de los territorios que formaron la Corona de Aragón que no participó en la celebración del 800º aniversario de Jaume I, el rey que conquistó Mallorca y Valencia a los musulmanes. Camps delegó su representación en la consejera de Cultura, Trinidad Miró, quien, con la excepción de la ofrenda floral, asistió casi como mera espectadora a un homenaje en el monasterio de Poblet (Conca de Barberà), donde reposan los restos del Conquistador.

"Juntos somos más fuertes y llegamos más lejos", afirmó Montilla

Fuentes de Presidencia de la Generalitat de Cataluña aseguraron ayer que Camps había alegado "motivos de agenda" para no asistir. Sin embargo, un portavoz del Departamento de Cultura valenciano detalló que Camps había delegado en Trinidad Miró como "máximo representante" del año que Valencia dedicará a Jaume I y cuya organización, bajo la tutela de Miró, pretende ofrecer una visión de Jaume I como "creador del Reino de Valencia y de la identidad del pueblo valenciano" sin la presencia de representantes de Aragón, Cataluña ni Baleares.

El padre abad del monasterio de Poblet, Josep Alegre, abrió ayer el homenaje a Jaume I precisamente refiriéndose a la ausencia del presidente valenciano. "Siento mucho no haber podido contar con el presidente. Me consta la profunda estimación del pueblo valenciano por Jaume I", reprochó. Alegre añadió en su apología del Conquistador que "un pueblo que no ama sus tradiciones y su lengua pierde sus raíces, que es la antesala de su muerte".

Fue el director del departamento de Historia Medieval de la Universidad de Barcelona, Antoni Riera, quien glosó la vida de uno de los reyes más recordados de la antigua corona. Nacido en Montpellier en 1208, los 66 años de duración de su reinado sirvieron para expandir en un 30% su reino, que dividió tras su muerte entre sus dos hijos, Pedro I y Jaume II. Riera dijo también del rey que fue el "fundador de un sentimiento nacional" y que su legado "sin duda, tiene futuro".

El presidente balear, Francesc Antich, y el catalán, José Montilla, analizaron el legado de Jaume I en sus intervenciones de forma coincidente. "Aún persisten vínculos culturales y lingüísticos", señaló Antich, mientras que Montilla recordó que Jaume I "nos reunió en el pasado y nos reúne aún. Hicimos juntos una parte de nuestra historia". Estos vínculos, a juicio del presidente catalán, deberían fortalecerse para proyectarse al exterior. "De nosotros depende que podamos escribir nuevas páginas libremente y en igualdad", dijo, para añadir luego: "Juntos somos más fuertes y llegamos más lejos".

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Marcelino Iglesias, el único que usó el catalán y el castellano en su alocución, subrayó la "búsqueda del pacto" que practicó el Monarca, que creó órganos de gobierno con personalidad propia en los lugares conquistados. Iglesias abogó por la "solidaridad y la garantía de derechos de todos", y terminó por pedir que estos viejos vínculos sirvan para menguar la crispación y que "entre vecinos" puedan solventarse polémicas como la gestión del agua, los archivos de la Corona de Aragón y la fractura entre las diócesis de Lleida y de Barbastro. "Queremos mantener la amistad y la cooperación", apostilló el aragonés.

Ofrenda de los tres presidentes y la consejera a la tumba de Jaume I.
Ofrenda de los tres presidentes y la consejera a la tumba de Jaume I.EFE

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