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Calp se reorganiza ante futuros temporales para prevenir riadas

El Gobierno realiza diversas obras de emergencia en el municipio

El municipio de Calp fue uno de los más castigados por la riada del pasado 12 de octubre, y no quiere que la catástrofe se repita. Todas las instituciones se han puesto en marcha para mejorar las infraestructuras locales y evitar nuevas inundaciones.

La intención es evitar que el agua deje incomunicado parte del pueblo

Así, el Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Dirección General de Costas, ha emprendido una serie de obras de emergencia para facilitar el flujo de agua hacia el mar. Se trata de evitar que el estancamiento de agua reproduzca balsas como la que mantuvo incomunicada a la parte baja de este municipio de La Marina Alta durante ocho días. En el humedal de Las Salinas, Costas instala 300 bloques de hormigón, de 6.000 kilos cada uno, para ampliar la capacidad de desagüe. Esta canalización tiene un coste de 490.000 euros, y aprovecha la antigua acequia para evitar que el agua salada se mezcle con la dulce y dañe el ecosistema.

En la calle de La Niña, donde la confluencia de barrancos produjo una avalancha que zarandeó coches y enseres domésticos en un radio de 100 metros, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) planea duplicar el cauce instalando dos colectores antirriada. La inversión prevista para esta infraestructura es de cuatro millones de euros.

El Consistorio, por otra parte, también ha instado a la Consejería de Infraestructuras a recuperar un viejo proyecto: la transformación de esa calle en un bulevar peatonal, lo que evitará males mayores en esa zona si hay riada. Con esta premisa, el departamento de Costas está rebajando el nivel del suelo en las calles aledañas para reducir los estancamientos de agua. Un paso previo a la remodelación integral del paseo marítimo, según el concejal de Grandes Proyectos, el socialista Joan Morató, que evite que éste vuelva a convertirse en un dique e impida la evacuación rápida de agua mar adentro.

El Ministerio de Medio Ambiente, por otro lado, acomete obras de prevención en el Penyal d'Ifac. Hace un par de semanas, un helicóptero descolgó a cinco escaladores para que sellasen grietas y afianzasen las piedras de mayor tamaño en la ladera sur. Los desprendimientos durante la tromba de agua destruyeron el paseo que bordea el parque natural. Debajo de la ladera, la empresa Moymar levanta 200 metros de muro ecológico para atajar los derrumbes. El material conjuga hormigón prefabricado y restos de los desprendimientos, lo que facilita que en seis meses el muro asimile la vegetación autóctona, según los técnicos de la firma. La infraestructura tiene un coste de 900.000 euros, que sufraga el ministerio que dirige Cristina Narbona.

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