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El Guipuzcoano reserva 82 millones para combatir la morosidad

La crisis financiera e inmobiliaria ha empujado al Banco Guipuzcoano a mirar al futuro con "prudencia". La entidad ha diseñado un plan estratégico para 2008-2009 que prevé, entre otras actuaciones, limitar el crecimiento del crédito y luchar contra la morosidad. La tasa de morosidad aumentó hasta el 1,2% al cierre de 2007, si bien la dotación a provisiones de 70 millones de euros dejó un balance "muy saneado", según adelantó el presidente del banco, José María Aguirre, el pasado jueves, un día antes de celebrar la junta general de accionistas. Para este bienio, la entidad ha calculado una dotación a provisiones de 82,7 millones de euros (42,2 millones este año y 40,5 el próximo), que permitiría hacer frente a posibles impagos.

El Guipuzcoano cerró 2007 con un beneficio después de impuestos de 61,5 millones de euros, lo que supone un incremento del 13,2% con respecto al año anterior. Durante el pasado ejercicio, la entidad abrió un total de 16 oficinas. Con estas aperturas suma ya 266 sucursales en funcionamiento y está presente en todas las comunidades autónomas. En el grupo trabajan 1.326 empleados.

En previsión de una situación de crisis, el banco ya tomó una serie de medidas, como realizar una ampliación de capital, que supuso elevar el coeficiente de solvencia hasta el 11,35%. Igualmente, ralentizó las inversiones inmobiliarias, abandonó en otoño sus inversiones en Bolsa y frenó la concesión de créditos, entre otras actuaciones, a fin de estar "fuertes de liquidez", según destacó el director general de la entidad, Juan Luis Arrieta.

Plan "conservador"

De cara al futuro, y visto de que el horizonte se presenta "complicado", seguirá con medidas similares a través de un plan bienal que ha bautizado Proa al 10 y que está basado en un modelo "prudente, serio y conservador". Ese modelo pasa por limitar el crecimiento del crédito y luchar contra la morosidad, pero también por congelar la apertura de nuevas oficinas y ajustar, que "no reducir", la plantilla. "Queremos colocar a los trabajadores en aquellos puestos de responsabilidad donde creemos que se les puede sacar más jugo, a fin de ganar en eficiencia y producción. Todo ello a base de formación", apuntó Aguirre.

La crisis se reflejará en los resultados. El banco espera obtener este año 65 millones de euros de beneficio después de impuestos, sólo un 5,69% más que el pasado ejercicio. El resultado previsto para 2009 asciende a 69,2 millones, es decir, un 6,46% más que los beneficios calculados para este ejercicio.

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