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Timor Oriental vuelve a la calma después del intento frustrado de golpe de Estado

El presidente de Timor Oriental, José Ramos Horta, "permanece estable dentro de la gravedad", informaron los médicos que lo atienden, que consideran que se recuperará pronto, después de que un grupo de militares rebeldes entrara en su casa y le hiriera de bala, en un frustrado intento de golpe de Estado.

Los agresores intentaron asesinar también al primer ministro, Xanana Gusmao, que resultó ileso y declaró el estado de excepción. El comando golpista, capitaneado por el ex comandante Alfredo Reinado, penetró por la mañana en el recinto de la residencia presidencial y abrió fuego contra Ramos, de 58 años, que hacía deporte.

En el tiroteo murieron el propio Reinado y un escolta. El presidente timorense y premio Nobel de la Paz recibió tres balazos en el pecho y el estómago, y fue trasladado en coma inducido a un hospital de Darwin (Australia), donde aún permanece. Reinado formaba parte de los militares depurados por el Gobierno en 2006. Timor Oriental, ex colonia portuguesa, con poco más de un millón de habitantes, alcanzó la independencia en 2002, tras 24 años de ocupación indonesia.

El Consejo de Seguridad de la ONU condenó ayer el ataque "en los términos más enérgicos", al igual que el presidente de EE UU, George W. Bush.

José Ramos Horta.
José Ramos Horta.
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