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Entrevista:JOSÉ MARÍA ECHARRI | Presidente de la Cámara y del Orfeón Donostiarra

"Quiero revertir a la sociedad con mi experiencia lo que me ha dado"

José María Echarri (San Sebastián, 1935) ha presentado en San Sebastián los resultados y proyectos de la Cámara de Comercio guipuzcoana que preside desde hace ocho años. Pero su actividad profesional está estrechamente ligada también a empresas como Cementos Rezola y Mutualia, así como a las fundaciones privadas Inasmet y Tecnalia, desde cuya presidencia ha contribuido en los últimos años a su impulso y desarrollo. Es, además, cónsul de Noruega. No obstante, la empresa que Echarri cuida como a la niña de sus ojos, es el Orfeón Donostiarra, la entidad que preside desde el año de su centenario, 1997, y con la que acaba de celebrar el 110 aniversario.

Pregunta. Es un hombre ocupado y diversificado en múltiples actividades representativas. Pero, además, su presencia se hace notar en ella.

"Las instituciones que presido se deben a la sociedad y no a las siglas"
"El carácter emprendedor del empresario vasco se ha enfriado algo"
"Miramón es el nuevo proyecto para el Orfeón de dentro de 20 años"

Respuesta. Hace más de doce o catorce años que fui consciente de que había cubierto el ciclo en el que la sociedad me había dado algo, que yo había acumulado algo, y pensé que estaba en condiciones de poder devolverle parte de todo eso que me había proporcionado. Yo creo en eso: en la importancia de revertir a la sociedad aportándole mi experiencia. Ahora, sin embargo, tengo que ir dejando paulatinamente estas actividades porque también me debo a mi familia, que es mi asignatura pendiente.

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P. ¿Ve empuje en la siguiente generación para asumir estas responsabilidades?

R. Debería haber más del que constato. Pero creo que se debe a la falta de tiempo. Cuando dejas de tener funciones ejecutivas en una empresa, adquieres la libertad que te proporciona la disponibilidad de tiempo, que es el que yo dedico ahora a todas estas actividades.

P. Teniendo en cuenta sus numerosas y diversas actividades, ¿le ha costado mantener su independencia?

R. Siempre he procurado apartar la política de los cargos en los que estoy, porque son instituciones que se deben a la sociedad y no a determinadas siglas. He procurado mantener la neutralidad, aunque haya momentos en los que es difícil; pero creo que lo he conseguido.

P. Desde la Cámara de Guipúzcoa han lanzado un mensaje no alarmante de la crisis, al transmitir que en el País Vasco tenemos capacidad de resistir.

R. Nuestras estadísticas y encuestas, principalmente de Guipúzcoa, no nos hacen ver con pesimismo la situación actual. Hay una crisis del mercado financiero que ha pegado al sector bancario y a las aseguradoras. Pero en relación con la totalidad de las empresas que nosotros representamos no hablamos de crisis, ni de recesión, sino de desaceleración. Las predicciones del PIB de estos últimos años han sido siempre superadas por la realidad.

P. ¿Cómo percibe a las nuevas generaciones empresariales, son emprendedoras?

R. Es posible que el carácter auténticamente emprendedor que ha sido signo del País Vasco se haya enfriado un poco debido a la evolución de la propia vida, la conciliación familiar y otras circunstancias, que han hecho cambiar el modelo de economía. Aunque esto no quiere decir que no exista emprendizaje.

P. Quizás sea hoy en día más decisivo cultivar la innovación y atender la globalización.

R. Ángel Iglesias [presidente de la empresa Ikusi], un innovador y emprendedor autodidacta que practica la internacionalización representa per se al empresario guipuzcoano. Pero si hoy queremos competir, tenemos que conseguir dar valor añadido a los productos que exportemos. Se trata de una lucha conjunta de los centros tecnológicos, las universidades y los empresarios. Pedro Luis Uriarte va a tener un reto muy importante con Innobasque.

P. ¿Y cómo influye la presión terrorista en el empresariado?

R. En la Cámara de Comercio, que es donde tengo un contacto más amplio, no es un tema que esté encima de la mesa: no nos llegan las cartas de extorsión que, sin embargo, pueden llegar a las organizaciones empresariales. Estamos totalmente en contra y los empresarios tienen nuestro apoyo. Sólo puedo decir que fue un desengaño la ruptura de la tregua, porque había generado una esperanza muy grande.

P. El Orfeón Donostiarra ha cumplido 110 años y está pletórico de actividad, pese al amateurismo de sus componentes.

R. Yo he querido trasladar los parámetros de la gestión empresarial al mundo del Orfeón. Hay ejemplos de esta aplicación de la profesionalización a la gestión de la cultura con muy buenos resultados. Pero, !ojo!, no soy partidario de profesionalizar el Orfeón, porque creo que su éxito radica precisamente en esa característica, en que los cantores son aficionados.

P. ¿Su proyecto de construir un auditorio para el Orfeón en el polígono de Miramón es una metáfora de esta nueva etapa?

R. Miramón es el proyecto para el Orfeón de dentro de 20 años. En este país estamos acostumbrados a ir por detrás de las infraestructuras, pero nosotros no queremos quedarnos atrás. Tenemos cantera con más de 450 niños y el Orfeón antes tuvo un cuadro artístico y llegó a hacer zarzuelas. Queremos ir recuperando todo eso.

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