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Rosa Sensat rechaza avanzar la escolarización obligatoria

La entidad propone un debate "constructivo" sobre la ley de educación

Cataluña tendrá este año su primera ley de educación. Recogerá las competencias que da el Estatut, las líneas maestras del Pacto Nacional por la Educación y la aquitectura básica de las normas ahora en vigor. El catálogo de temas que abordará es amplio: autonomía de los centros, adelanto hasta los tres años de la escolarización obligatoria (ahora está fijada a los seis años), evaluación de centros y profesores, posibilidad de gestión privada de centros públicos, carrera docente de los profesionales y papel de las familias. Educación ha avanzado las líneas de la futura ley para empezar un debate social. Pero el debate ha arrancado con tono agrio y los sindicatos han anunciado una huelga el 14 de febrero. Una entidad de prestigio como la Fundación Rosa Sensat, que agrupa a 2.000 docentes, prepara una "propuesta constructiva al debate sobre la ley".

A final de mes entregará sus propuestas al consejero de Educación. Este diario ha abordado los principales puntos del debate con la presidenta de Rosa Sensat, Irene Balaguer, y el profesor John Mackay, miembro de la entidad. Rosa Sensat se opone a avanzar la edad de la escolarización obligatoria.

- Autonomía de las escuelas

"No nos oponemos a la autonomía escolar", recalca Mackay. "De un paternalismo que fija soluciones generales debe pasarse a buscar soluciones para los centros y en los centros", añade. "Pero nosotros hablamos de autonomía pedagógica y Educación la plantea como autonomía de gestión", recalca Balaguer. "¡Ojo!, no tenemos que ir hacia un sistema de competencia permanente entre centros, sino a hacerlos más competentes, que no es lo mismo", añade la presidenta de Rosa Sensat. "Los centros son distintos. Hay circunstancias en cada centro que requieren actuaciones particulares. Pero una vez hecha una acción para potenciar un centro, cuando se consigue el objetivo debe desaparecer esa acción".

- Avanzar la obligatoriedad "El documento que ha presentado Maragall es contradictorio en algunos puntos. Dice que debe haber flexibilidad en los centros y en el sistema educativo, pero por otra parte fija la escolarización obligatoria a los tres años", reprocha Balaguer. "No la vemos necesaria. Primero, porque casi el cien por cien de las niñas y niños de tres a cinco años ya están escolarizados. Pero, además, porque a esa edad los niños tienen que jugar. En Finlandia, de la que siempre hablamos con admiración, la escuela no empieza hasta los siete años. Antes los niños juegan y aprenden jugando fundamentalmente al aire libre, salvo cuando la temperatura baja de 10 bajo cero", dice Balaguer. "Los niños, jugando, aprenden la gravedad, por ejemplo. Si hacemos obligatoria esa etapa se regulará y aparecerá la tentación de evaluarla", añade.

- Ir a la autoevaluación "Hay que extender la cultura de evaluar", dice Mackay. "Debe facilitarse a los estudiantes que puedan opinar y también a las familias, y que se tengan en cuenta sus opiniones". Y añade: "Defendemos una autoevaluación".

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- Mejorar los consejos

escolares

"El documento de Educación dice que hay que posibilitar que participen", recalca Mackay, "pero los consejos escolares [que agrupan a familias y docentes] deben mejorar". Balaguer agrega: "Los consejos escolares sólo tratan a veces de temas de trámite y los importantes quedan fuera. En los centros concertados hay que garantizar que los consejos escolares sean elegidos democráticamente".

- No a la gestión privada La Generalitat prevé que cooperativas de docentes y entidades sin ánimo de lucro podrán gestionar centros de titularidad pública. "Lo rechazamos totalmente. Eso ya está pasando en la etapa de cero a tres años y ahora se quiere introducir en la etapa obligatoria", dice la presidenta. "Las 30.000 plazas de guardería públicas prometidas por la Generalitat serán de los ayuntamientos, pero éstos están dando su gestión a entidades privadas. Con la educación no puede haber enriquecimiento", sostiene Balaguer. "Lo que hay que hacer es defender el servicio público educativo", apostilla Mackay. "Las concertadas, que están sostenidas con fondos públicos, no deben seleccionar alumnos", dice Balaguer.

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